Menuda tarea para los economistas
Por: Luis Luján Cárdenas

Se presentan muchas sombras en la recuperación económica del Perú, con serias consecuencias sociales para la gran mayoría de los peruanos. Antes de la pandemia, en el 2019, el producto bruto interno (PBI) fue de 2.2%, según el Banco Central de Reserva (BCR), luego de varios años de bonanza que triplicó esta cifra.

En el 2020, la inmovilidad social por el covid-19 asestó un duro golpe a casi todas las actividades productivas, industriales, manufactureras, comerciales, etcétera. Nuestro PBI cayó espectacularmente a -11.12%, “la tasa más baja de las últimas tres décadas”, de acuerdo con un informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). La pobreza se extendió por el país a niveles de fines del siglo pasado.

El Banco Mundial (BM) dijo que “la pobreza se mantendrá por encima de los niveles anteriores a la pandemia en los próximos dos años, como consecuencia de la caída de la calidad media del empleo”.

En el 2021, según el BM, Perú creció 13.3%, una cifra alentadora de recuperación económica, gran parte y gracias a la empresa privada. Ese año se dio paso a un nuevo gobierno, que era una incógnita respecto a gestión pública.

La ausencia de resultados hizo que la incertidumbre se incrementara como un fantasma a todo nivel, desarticulando progresivamente las políticas del Estado. El Banco Central de Reserva (BCR) aquí cumplió una meritoria labor de contención.

El ruido político fue mayúsculo por los continuos cambios en el Ejecutivo. Pese a todo, el 2022 tuvo un crecimiento meritorio de 2.6%, pero que, según Scotiabank, “confirmaba una desaceleración”, que venía a la par con el entorno internacional, ligándose a “protestas sociales desatadas básicamente en el sur del país, tras la vacancia del presidente Pedro Castillo”, la parálisis de grandes proyectos de inversión y la contracción del mercado interno, básicamente.

¿Qué nos depara el 2023? El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) estima que la economía nacional crecerá entre 3% y 3.5%. El Banco de Crédito del Perú pronostica “menos de 2.3% por la inflación y la crisis social”. El Instituto Peruano de Economía (IPE) proyecta 2.1%, debido a una menor inversión privada por la incertidumbre política, reducida inversión pública producto de las nuevas autoridades subnacionales, además del factor consumo, que será menor. Menuda tarea para los economistas.

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