¿SE DEBE QUEDAR O SE DEBE IR DINA BOLUARTE?
Por: Jorge Delgado – Asociación Rerum novarum.

Primero veamos por qué se debe quedar. Debe permanecer debido a que fue elegida en un proceso democrático, electa en una plancha de la cual, quiera o no quiera reconocer el electorado que eligió a Castillo, era y es su vicepresidente. La parte formal nos dice que la Constitución de acuerdo con su Artículo 117 ante la vacancia de Castillo por «Traición a la Patria». Debido al golpe de Estado, el vicepresidente asume la Presidencia. Cosa que aún está en litigio, Artículo 115. Entonces formalmente permanece en su cargo.

Políticamente, acá viene lo subjetivo. El presidente de un Estado se debe a la mayoría de la población, pero su deber solidario es atender a todos, especialmente a la minoría en estado de pobreza. La Constitución da en su marco está situación, lamentablemente durante los últimos 50 años los diferentes gobiernos, la gran mayoría liberales elegidos por el voto de izquierda, nunca han atendido a este sector. El modelo liberal que ha estado presente desde principios de 1980, a excepción como comentamos del primer gobierno de Alan García, ningún gobierno ha sabido atender a este sector de pobreza, tampoco García lo pudo hacer, al contrario, profundizó la polarización.

La izquierda histórica, indirectamente ha contribuido a agrandar esta brecha entre pobres y ricos. Aclarando que la izquierda es la gran propulsora de gobiernos de derecha desde la elección de Fujimori, recordemos elegido por su voto ante un FREDEMO de Vargas Llosa. Alguna vez dijimos que esto es sumamente irónico y hasta de sonrisa. Ya en un artículo anterior detallamos los gobiernos elegidos gracias al voto de izquierda hasta hoy. Incluimos a Castillo en esto.

Siendo irónico también, que Castillo llegó a caminar por el sendero del liberalismo en su gobierno. Pero lo que es indudable, es su terrible incapacidad demostrada ampliamente en su pobre gobierno de año y medio. Más su pobreza moral faltando a su identidad ideológica y un largo etcétera de índole personal.

Lo que pasa es que los amigos de la izquierda no quieren o no pueden ver, ser los más grandes contribuyentes a este modelo liberal de desigualdad gracias a sus votos o a sus elegidos. Si bien la Sra. Boluarte es de ideología comunista y por su papel en el Estado en forma casi natural debería velar por este sector de pobreza, aún no puede tener políticas claras y viables que reviertan esta situación, demostrado hoy en no tener un gabinete de ministros estable.

El Estado es un promotor de paz y un moderador de conflictos de acuerdo con la constitución y a un sistema de Economía Social de Mercado. No solo aplicable a lo económico sino también para lo social y político. Eso ha estado tratando de hacer la actual presidenta y es totalmente incomprendida, especialmente por los que protestan, pero realmente no tiene cómo hacerse entender, porque con el deseo no basta.

Los que no protestan, que creemos son la mayoría, quieren que el Estado asuma un rol de autoridad mucho más contundente, amparados en la Constitución y el bien común. Pero acá tenga o no tenga razón la “turba”, lo cierto es que no hay un derrotero real para dar la paz, armonía y repetimos, sacar de la pobreza a este sector, totalmente postergado por políticas neoliberales inclusive aplicadas por gobernantes de pseudo izquierda.

La Sra. Boluarte tiene, nos preguntamos, la capacidad política, la capacidad técnica, el valor y la sabiduría para poder sacarnos de este conflicto. Hasta el momento, ha demostrado que no lo tiene.

La pregunta es ¿En este momento hay alguien, políticamente hablando, que lo puede hacer? Creemos tampoco que no, incluido el Congreso y los movimientos políticos, porque en el Perú hace rato que no hay partidos, ni líderes, moralmente probos y con capacidad.

Otra vez vamos a caer en el «mal menor» que viene desde la época de Fujimori, elegir por necesidad y no por convicción de lo mejor. Entonces si es por esto sí se debe quedar. Porque en este momento no hay nadie que asegure la paz social que de alguna manera está tratando de hacer nuestra presidenta, digo nuestra porque así no hayamos votado por ella, lo es.

Ahora ¿Por qué no debe quedarse? Ya se habló un poco en líneas anteriores, primero por su falta de capacidad, de decisión, de políticas, falta de liderazgo, falta de equipo reflejado en que no tener un gabinete estable y muchas otras cosas más. Y ojalá, de ser una mujer de izquierda no pase a las filas neoliberales. Por qué lo decimos, porque hasta ahora no ha mostrado su identidad ideológica. Por esa ambigüedad y falta de decisión no se debería quedar.

Ya esa falta de decisión ha causado muertes, tanto de los que protestan, como de los que no. Por eso no debería quedarse.

Pero surge otra gran e inquietante pregunta ¿Existe un líder político en este momento para el manejo de esta coyuntura? Definitivamente no. Tanto de la izquierda como de la derecha, Y en el centro, creemos, Renovación Popular todavía no da la talla.

Otra pregunta inquietante ¿Si mañana fueran las elecciones tendríamos un buen candidato? Porque excelente no hay, regular puede haber, bueno ojalá haya. Y acá entra el hecho de que, nuestro electorado por todo lo ya comentado, falto de educación, ideologizado, sin posibilidad de formar una conciencia de voto, manipulado, etc. Haga otra vez una elección pasional y elija un personaje como Castillo, Kuczynski, Toledo, Ollanta, etc.

Desde hace ya un largo rato, el electorado peruano ha demostrado que no tiene conciencia de voto y eso lo ha hecho claramente, en el desconocimiento y rechazo a su candidata a vicepresidente y presidente actual. Entonces cada uno, responsable y objetivamente debe contestar si se debe ir o quedarse nuestra actual presidenta.

Ojalá, Dios nos tire un salvavidas porque acá va a seguir lloviendo, espero no nos ahoguemos por nuestra decisión, porque la decisión de coger el salvavidas es nuestra, no de Dios. Ojo con esto.

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