CHILE POLARIZADO

CHILE

POLARIZACIÓN. La centroizquierda chilena, un sector que jugó un papel clave en el pasado reciente del país sudamericano, el espectro político de la antigua Concertación -el conglomerado que gobernó Chile entre 1990 y 2010-, atraviesa uno de los momentos más complejos de su historia. Su lista electoral no consiguió ningún escaño en la elección de consejeros para redactar una nueva propuesta constitucional y el Partido Socialista, que se presentó en la lista del Gobierno de Gabriel Boric, solo obtuvo un 5,9% de los votos, por debajo de los comunistas y del Frente Amplio del presidente. Una de las primera conclusiones –para algunos apresurada– que dejó la jornada electoral del domingo es que la centroizquierda, protagonista de la construcción democrática tras la dictadura de Pinochet, se ha extinguido.

El Partido por la Democracia (PPD) del expresidente Ricardo Lagos y de la actual ministra del Interior, Carolina Tohá, decidió desmarcarse de la lista oficialista y de sus históricos socios, los socialistas, para competir junto a las otras fuerzas que conformaban la Concertación: el Partido Radical (PR) y la Democracia Cristiana (PDC), que fue el partido más fuerte de Chile desde mediados del siglo XX y que no conforma el Gobierno. La apuesta fracasó y dejó en el aire la duda de qué habría ocurrido si todo este sector presentaba solo una lista o al menos una que reuniera todos los partidos de las dos coaliciones que sostienen la Administración de Boric (el Socialismo Democrático –liderado por el Partido Socialista, donde está el PPD de Lagos–, y Apruebo Dignidad, la alianza del Frente Amplio con el Partido Comunista).

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