Océanos sin plástico: una necesidad urgente
Por: José Aguilar-Manjarrez
La producción mundial de plástico ha sufrido un aumento exponencial durante las últimas décadas, llegando a cerca de 400 millones de toneladas anuales. De ese total, se estima que solo un 9% ha sido reciclado. El resto termina en basureros y entre 19 millones y 23 millones de toneladas terminan en el mar. La basura plástica marina procedente de los sectores del transporte marítimo, la pesca y la maricultura afecta gravemente a los hábitats, las poblaciones de peces y otras especies marino-costeras.
Con más de 72,000 kilómetros de litoral, América Latina y el Caribe genera el 11% de la producción pesquera mundial y el 4% de la acuicultura. Solo el 2021 de la acuicultura en la región produjo un total de 3.84 millones de toneladas de productos alimentarios, incluyendo el cultivo de algas que son importantes para el consumo humano y el comercio local. Sin embargo, esta riqueza natural se encuentra amenazada por la contaminación plástica.
La pesca artesanal no solo abastece hasta el 85% del consumo de pescado en algunos países de la región, sino que también sustenta la seguridad alimentaria y nutricional de numerosas comunidades costeras y cuencas, incluyendo muchas indígenas.
Uno de los mayores desafíos que enfrentamos es el impacto de la basura plástica marina en nuestros mares y costas, que son ingeridos por animales marinos, lo que pone en riesgo el ecosistema, y si son consumidos, también la inocuidad alimentaria en corto plazo y la seguridad alimentaria en el largo plazo.
Se estima que una porción de 250 gramos de mejillones podría contener hasta 1,000 partículas de microplásticos, dependiendo de su densidad y volumen. La presencia de plásticos pone en riesgo el ecosistema, porque altera ciclos de vida de las especies.
En el marco de las conmemoraciones del Día del Medio Ambiente, y de los Océanos, debemos fomentar la responsabilidad en el uso de plásticos, prevenir y reducir su uso, y buscar alternativas que puedan sustituirlo. La contaminación por plásticos y microplásticos es una tendencia creciente que aumenta el estrés ambiental al cual se enfrentan los recursos pesqueros y acuícolas. Por lo tanto, existe una gran necesidad de sensibilizar a todas las personas y encontrar soluciones adecuadas sobre cómo prevenir y reducir las fuentes y descargas de plásticos en el medio marino-costero.
El proyecto GloLitter, implementado por la Organización Marítima Internacional (OMI), en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ayuda a los países en vías de desarrollo a prevenir y reducir los desechos marinos, especialmente los plásticos, en los sectores del transporte marítimo y la pesca. Este proyecto es el primero que aborda esta problemática a nivel global y está financiado por los gobiernos de Noruega, de Australia y del Reino de Arabia Saudita. En América Latina y el Caribe, la iniciativa está apoyando a los gobiernos de Costa Rica, de Jamaica y de Brasil en el desarrollo de planes de acción nacionales para prevenir y reducir la contaminación por plásticos en los sectores del transporte marítimo y la pesca.
Invertir hoy en las comunidades costeras permitirá frenar la sobrepesca e impulsar la gestión de los ecosistemas acuáticos de manera sostenible. Además, contribuye a reducir la contaminación, incrementar la superficie marina protegida, mejorar la salud de los ecosistemas críticos y los recursos pesqueros, y evitar la pesca ilegal.