Niñez y gestión del riesgo
Javier Álvarez – Representante de Unicef

“Defensa Civil, tarea de todos”, frase que simboliza el gran esfuerzo realizado por el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) para sumar a la ciudadanía en las acciones de gestión del riesgo, resulta crucial en el Perú, que por su gran diversidad climática y ubicación geográfica vive diversos fenómenos naturales que se convierten en desastres porque el quehacer humano insiste en desafiar a la naturaleza y ocupa territorios sin debida planificación.

Entre el 2003 y el primer semestre del 2022, el Perú registró más de 112,000 emergencias y más de 20 millones y medio de personas perdieron parcial o completamente su vivienda y sus medios de sustento (ganado, cultivo o negocios).

Estas emergencias agudizan las necesidades de la infancia. Por ejemplo, recientemente, en las zonas declaradas en emergencia debido al ciclón Yaku, de las 760,000 personas afectadas, 230,000 son menores de 18 años. Estos chicos y chicas siguen enfrentando el impacto de la emergencia como es el brote del dengue, que a la fecha ya ha cobrado más de 33 vidas entre niñas, niños y adolescentes.

La pérdida de alguno o ambos padres; el daño a sus viviendas; la carencia de agua segura para beber y asearse, la falta de alimentos suficientes y de calidad; el empobrecimiento de sus familias; la interrupción de su escolaridad; el riesgo a contraer enfermedades; dificultades para el acceso a servicios de salud; afectación de su salud mental, y la exposición a los diversos tipos de violencia son situaciones con las que deben lidiar niñas, niños y adolescentes cuando se presenta un desastre por fenómenos naturales.

Por ello, especialmente ahora que la llegada del Fenómeno El Niño Global es inminente, resulta trascendental la reciente firma del Convenio de Cooperación Interinstitucional entre Unicef e Indeci porque asegurará la incorporación del enfoque de derechos de la niñez en los procesos de preparación, respuesta y rehabilitación, permitirá determinar el número de niñas, niños y adolescentes afectados por la emergencia e identificar a los más vulnerables para asistirlos con inmediatez, y facilitar las coordinaciones entre Indeci y la Red Humanitaria para que la ayuda llegue oportunamente a quienes más la necesitan.

Niñas, niños y adolescentes de las familias con menos recursos económicos son los más afectados y los que tardan más en recuperarse de las situaciones de emergencia. Por ello, el plan de atención que Unicef está desarrollando en Tumbes, Piura y Lambayeque, por 2.5 millones de dólares, incluye intervenciones integrales para garantizar el acceso al agua segura, servicios de salud, educación, nutrición, y protección a la niñez y adolescencia más vulnerable.

Potenciemos la incorporación del enfoque de niñez a la gestión de riesgos involucrando activamente a niñas, niños y adolescentes. Recordemos que involucrarlos es sembrar la semilla de la responsabilidad ambiental, clave para que los fenómenos naturales  ser desastres. Aprovechemos la oportunidad.

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