Para Lu

Por: Elard Serruto

Escena única / interior – casa refugio / noche.

La vertiginosa residencia de la lluvia en el verano ha dejado en las paredes de su refugio extensas manchas como mapas que dibujan en sus orillas el abismo de un escritorio y su lámpara: un perfecto círculo de luz que encierra el párrafo de la ciudad de los puertos, y las luces que tiemblan en el agua, que el guionista está escribiendo.

El personaje del guionista —gris, oscuro—, sin ningún asombro, se desprende de la hoja de papel, y lee el párrafo del guion de la ciudad de los puertos, pasa al siguiente párrafo donde la ciudad es arrasada por la lluvia, y encuentra en medio de la calle adoquinada de las luces derretidas a la mujer que sortea los charcos de agua, aferrada a un paraguas rojo.

El guionista se detiene con los dedos apenas distanciados del teclado, como un pianista que ha olvidado las notas que siguen. Se siente bloqueado, y advierte que después de buen rato se apoya en el espaldar de la silla. Cierra los ojos, y al abrirlos, descubre sin sorpresa que el personaje ha tomado un lápiz, y escribe ansiosamente en una margen de la página del guion, con una letra tan menuda que parece una murmuración sobre el papel. El guionista, lentamente y como si anduviera sobre un piso de césped, se acerca al personaje por las espaldas, y alcanza a leer por encima del hombro: “Sé que a pesar de la lluvia, alcanzarás el viejo barrio de las peceras, subirás el laberinto de las escaleras que llevan a esa pequeña habitación de pensionado que la humedad y la lluvia envuelven con una tristeza viajera, y en las manchas de la lluvia como mapas en las paredes, buscarás…” El guionista se acerca muy despacio a la cabeza del personaje, y le completa la frase muy suavemente en el oído: “inútilmente la ciudad de película que nos ha extraviado para siempre”.

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