Tras la detección de un caso positivo de rabia en humanos, representantes de asociaciones animalistas solicitaron a la Gerencia Regional de Salud (Geresa) el retomar las campañas de capacitación centradas en la población animalista, dueños de albergues y rescatistas de animales. Además de brindarles información sobre los riesgos y cuidados ante la enfermedad zoonótica, esta iniciativa permitiría además enseñar a inmunizar contra la rabia. Acción que ayudaría a disminuir los aproximadamente 150 mil canes no vacunados en Arequipa. 

En nuestra región existen cuatro caniles municipales: el administrado por el municipio provincial, Cayma, Cerro Colorado y Tiabaya. En tanto, hay al menos 20 organizaciones animalistas todas con uno o más albergues, por lo que podrían existir hasta 40 albergues privados; mismos que funcionan de manera independiente pues no existen trámites ni acreditación que permita el funcionamiento de caniles privados. 

«El año pasado solicitamos a la Geresa una capacitación de pre exposición a la rabia, se obtuvo el visto bueno y se realizó. Ahora nos reunimos con representantes nuevamente y solicitamos el retorno de estas campañas. Se dialogó  la posibilidad de una iniciativa mayor: capacitarnos para nosotros mismos poder vacunar», sostuvo la representante de la Fenoaa, Milagros Tovar. 

Debido a que muchos de los dueños de los albergues viven diariamente rodeados de animales, es necesario que sean capacitados sobre en qué consiste y cómo se contrae el virus de la rabia. Además de hacerles saber qué hacer ante una mordedura, informarles sobre la incidencia de casos de rabia y reportarles los avances de la campaña de vacunación. Razón por la cual es sumamente necesario que la Geresa trabaje de manera coordinada con este sector de la población. En tanto, ya se dispuso la vacunación de los canes que residen en albergues de Arequipa. 

Desde la Federación Nacional de Organizaciones de Activistas, Animalistas y Ambientalistas (Fenoaa) recordaron que limitar la posesión de animales es anticonstitucional. No obstante, aseguraron que el verdadero límite es la capacidad de cada asociación para mantener a los canes en condiciones dignas y saludables. Situaciones que ante el brote de la rabia podría causar el cierre de los albergues.