La minería del Perú en Australia
Por Iván Arenas

No obstante del día a día de la política casera, una delegación peruana –liderada por el ministro de Energía y Minas, Óscar Vera– estuvo en la Conferencia Internacional de Minería y Recursos (IMARC 2023), que se realizó en Sídney (Australia) entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre. Con el apoyo de la Cámara de Comercio de Australia Perú (Australia Peru Chamber of Commerce) y los funcionarios de la Embajada Australiana en el Perú, el objetivo de la delegación peruana en Sidney fue uno solo: promocionar el potencial minero nacional en una importante plaza de inversiones del Asia-Pacífico.

De alguna u otra manera, el esfuerzo de la comitiva peruana ayuda a perfilarnos como un país minero y competitivo, a pesar de las sincopadas crisis políticas que arrastramos desde hace meses y de los múltiples desafíos que tenemos (sobre todo) en la gestión pública. Si a ello le agregamos que durante el gobierno de Pedro Castillo se destruyeron todas las posibilidades de promocionar al Perú en los escenarios internacionales mineros, entonces la presencia peruana es un punto de oro. 

Sin embargo, el reto está ahora adentro, en casa. En el evento, y como dijimos arriba, el propio el ministro de Energía y Minas ha vuelto a decir que desde el Ejecutivo se continúan las gestiones para mejorar los procesos y reducir los trámites y los afanes burocráticos que ahora hacen imposible acelerar las inversiones mineras, sobre todo las de exploración. 

Si bien una primera parte de la tarea ya está hecha (es decir, la promoción de la industria minera ante los inversores internacionales) falta la otra parte: mejorar la eficiencia de la gestión pública para acelerar las inversiones. 

Si bien el Perú es todavía un país competitivo y tiene una minería moderna de clase mundial, sí hacen falta mecanismos y herramientas innovadoras que potencien más el sector. Aquí, en este punto en especial, la ayuda australiana podría ser muy importante. Por ejemplo ¿cómo se logró construir y consolidar –en Pilbara, en el Estado de Western Australia; o en Bowen-Surat, del Estado de Queensland; o en Hunter, región del Estado de Nueva Gales del Sur– esos clústers de minería que emplean a miles de australianos y crecen alrededor cientos de empresas proveedoras (METS) verdadero motor de emprendimiento e innovación? ¿Cómo hacer que Arequipa sea el centro de un clúster del sur peruano incorporando algunos elementos de gestión en la gobernanza, en las alianzas públicas y privadas y en la colaboración entre Estado, sociedad, empresa para la innovación? Este es un desafío oportuno. 

Se saluda la iniciativa peruana así como el grato apoyo australiano para que el Perú vuelva a la senda y atraiga las inversiones privadas que se ahuyentaron durante el gobierno de Castillo. Ahora hace falta continuar, porque el Perú es un país minero.

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