Más Victorias por un Perú sin racismo

Por Leslie Urteaga

Victoria Santa Cruz es, sin dudas, una de las mujeres más importantes del Perú cuyo legado trasciende el espacio y el tiempo. A pocos días de haberse cumplido 101 años de su natalicio, recordamos ese pasaje de su vida en el que, cuando solo tenía siete años, otras niñas le gritaron “negra”, palabra que caló en lo más profundo de su ser y sigue resonando como un eco persistente en el país.

 Según la I Encuesta Nacional de Percepciones y Actitudes sobre Diversidad Cultural y Discriminación Étnico-Racial (Ministerio de Cultura – 2018), uno de cada dos peruanos ha vivido o experimentado situaciones de discriminación.

Por medio del arte, Victoria transformó su vivencia en el icónico himno “Me gritaron Negra”, denunciando la discriminación étnico-racial y señalando que el camino para la superación es la aceptación de nuestra diversidad.

En el país se discrimina por diversos criterios, como el color de la piel, el nivel de ingresos, los rasgos faciales, el lugar de origen, las formas de expresión y las costumbres diferentes. Incluso en lugares como los hospitales públicos, postas médicas, comisarías y municipios, paradójicamente espacios donde debemos sentirnos seguros y libres de discriminación.

El racismo y la discriminación en el Perú persisten como problemas estructurales que generan desigualdades y exclusión, un país con esas características ya no es viable. Desde el Ministerio de Cultura, estamos convencidos de que un Perú sin racismo es posible. Por ello, trabajamos desde dos ejes estratégicos: el fortalecimiento de nuestra diversidad cultural y la lucha contra el racismo.

Al respecto, desde el Ejecutivo hemos aprobado una iniciativa de proyecto de ley de Promoción de la Diversidad Cultural para la Prevención, Erradicación y Sanción de la Discriminación Étnico-Racial. Y también hemos puesto en manos de 19 regiones un modelo de ordenanza destinado a promover la diversidad cultural y sancionar la discriminación.

Necesitamos la unión y el esfuerzo continuo de todas las instancias del Estado para promulgar iniciativas que buscan prevenir y sancionar el racismo y la discriminación, así como promover nuestra diversidad.

Identificarnos como iguales es una tarea pendiente y necesaria para dotar de sentido a nuestra nación. Para ello es importante reconocer el legado de personas como Victoria Santa Cruz, quien nos insta a amar nuestra cultura para aprender a valorar la diversidad de culturas y, por ende, al ser humano.

En su libro, Ritmo: el eterno organizador, señala que “la división que separa al hermano del hermano es consecuencia de la división que separa al ser humano de sí mismo”. Gracias, Victoria, por enseñarnos a valorar la cultura afroperuana y por, en ese camino, dejarnos un mensaje de reconciliación para un Perú sin racismo.

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