Minería para el desarrollo económico del Perú
Por Jessica Dowd – Directora del Departamento de Ciencias Económicas y Empresariales de la UCSP.

En septiembre pasado, se llevó a cabo en nuestra ciudad el Perumin, la convención minera más importante del Perú. Otro año más, en el desarrollo de este importante evento, quedó expresada de forma muy clara, la inmensa oportunidad de crecimiento que, como país, tenemos en este sector; más aún con la ingente demanda que causará el auge de las energías renovables en el mundo.

El jefe del Gabinete Ministerial, Alberto Otárola, aprovechó el espacio para promocionar 9 proyectos mineros, que demandarían una inversión de aproximadamente 10 500 millones de dólares: las ampliaciones de Toromocho y Retamas, las reposiciones de Antamina y de Inmaculada, Zafranal, San Gabriel, Plata de cobre Río Seco, Yumpay y Yanacocha Sulfuros.

Estos proyectos son determinantes para avanzar en el desarrollo del país y permitir mejores indicadores en nuestro producto bruto interno (PBI). Cuando nos referimos a la idea de desarrollo económico, nos referimos al proceso de transformación estructural, que busca que todos los sectores productivos crezcan de manera equitativa y sostenible en el tiempo. Es un proceso a largo plazo.

Por otro lado, cuando hablamos del PBI nos referimos a la cantidad de bienes y servicios que se produce al interior de un país. A julio de 2023, el sector minero representaba alrededor del 10 % del PBI peruano, constituyéndose como la actividad que representa el 58 % de las exportaciones totales del país y 22 % de la inversión extranjera directa del mismo. Esto evidencia su gran potencial para ser un rubro generador de empleos directos e indirectos en el Perú.

Se ha evidenciado, a lo largo de los años, que países con recursos naturales tenían menos crecimiento económico que aquellos en los que su principal actividad económica no dependía de estos medios. Esto era causado principalmente a que el Estado, al tener una actividad garantizada, priorizaba el aumento de ingresos provenientes de recursos mineros, dejando de dinamizar los demás sectores económicos. Muchas veces, cuando se da abundancia presupuestal, surgen políticas populistas que retrasan la institucionalidad que necesita un país para la administración eficiente de sus recursos.

Frente a estas manifestaciones negativas, por el contrario, Indonesia, Chile y Malasia han tenido una experiencia distinta, logrando diseñar políticas que han fortalecido el crecimiento de sus países y la sostenibilidad de sus recursos; caso contrario a Perú, donde se evidencia una débil gobernabilidad.

Para apuntar a un desarrollo sostenible donde se aproveche la extracción minera para la contribución económica del país, considero que lo primero que habría que hacer es invertir en innovación e investigación que permitan diversificar y modernizar la tecnología utilizada para el sector minero. Asimismo, incentivar la creación de trabajos formales, promoviendo el crecimiento de microempresarios y pequeñas y medianas empresas, esto podría hacerse facilitando su acceso a servicios financieros; invirtiendo en el desarrollo de infraestructura sostenible y de calidad que una a las regiones,  como también en zonas transfronterizas. Finalmente, promover alianzas entre los sectores público, privado y la sociedad en general.

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