Por Christian Capuñay Reátegui

Se trató de una victoria inapelable de la “U” que engrosará la historia de los triunfos más célebres.

Se suele comentar que en los clásicos entre Universitario de Deportes y Alianza Lima no importa qué tan bien o mal lleguen los dos equipos al día del partido. Debido a la rivalidad entre ambos, cuando les toca medirse cualquier cosa puede suceder en el campo de juego.

Quizá haya algo de cierto, pero también es verdad que si un equipo de fútbol se desempeña con solvencia en todas sus líneas será difícil, aunque no imposible, que el adversario lo complique solo apelando al corazón y al ímpetu.

Pese al largo tiempo que llevo viendo fútbol no recuerdo, al menos en los últimos años, un clásico en el que uno de los equipos haya sido tan superior como lo fue Universitario de Deportes sobre Alianza Lima en las dos finales del campeonato 2023 que a la postre le dieron el título nacional.

Ni siquiera en el famoso 6-3 de 1995 Alianza Lima fue tan superior porque ese resultado fue favorecido por rendimientos muy bajos de algunos jugadores y expulsiones de otros, y así como acabó 6-3 pudo haber culminado 6-6 porque la “U” no dejó de atacar, aun en inferioridad numérica, y desperdició varias ocasiones de gol. Quien no lo crea puede ver el video del partido por internet.

En la primera final 2023 la “U” dominó todo el partido y el empate aliancista fue una de esas cosas raras que hacen tan apasionante al fútbol. Por eso fue que el propio entrenador Mauricio Larriera admitió que su oncena había sido “sometida”, situación que no varió sustancialmente en el encuentro de vuelta en Matute.

Se trató de una victoria inapelable de la “U” que engrosará la historia de los triunfos más célebres sobre el clásico rival. Incluso me atrevo a decir que la obtención de este campeonato fue una gesta más épica que las de 1999 y el 2009 por la forma en que fue indiscutiblemente superior a un rival cuyos dirigentes habían invertido muchísimo dinero en el armado del plantel.

Es indudable que gran parte del mérito de este éxito es el del entrenador uruguayo Jorge Fossati, quien logró un estilo de juego no solo efectivo, sino también tributario de la tradición del equipo crema. Corresponde a los dirigentes replicar ese avance y extenderlo al ámbito administrativo con la finalidad de lograr que la institución sea viable financieramente y, además, sostenible. La actual directiva ha asegurado que el objetivo es empezar a pagar la deuda concursal el próximo año. Ojalá así sea, ya que librar a la “U” de ese lastre será un gran paso que permitirá orientar los recursos a mejoras deportivas urgentes.

En suma, llegar a estas metas no será fácil, pero de hacerlo no solo mejorarán las posibilidades de tener un equipo más fuerte para pelear objetivos relevantes, como la ansiada Copa Libertadores, sino que también el fútbol peruano en general se beneficiará.