Por: Carlos Meneses

El escándalo en el Ministerio Público debe ser motivo de un esclarecimiento por los problemas que se derivan del mismo y que comprometen a parlamentarios, a miembros de la propia Fiscalía y también a la estabilidad institucional de esta última.

En la mañana de ayer, mejor sería escribir en la madrugada, la Fiscal de la Nación, Patricia Benavides reveló que 3 asesores de su despacho le habían traicionado conspirando contra ella, ordenó que allanaran los hogares de los mismos y por lo menos la detención del más importante de los colaboradores de la Fiscal, también removió a Marita Barreto que trabajaba en el grupo contra la corrupción estatal.

Entretanto, los coroneles Colchado y Lozano, que apoyaban como policías la lucha contra corrupción, pidieron garantías para sus derechos a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como parte del laberinto que se produjo ayer en el Ministerio Público.

La verdad pocos pueden entender qué es lo que está ocurriendo en esa dependencia estatal, pero es indudable que hay una influencia política en el organismo y que bien haría la Junta Nacional de Justicia en intervenir para esclarecer los hechos.

Al parecer todo esto tiene relación con la política y concretamente con las administraciones de Poder Ejecutivo desde los tiempos de Kuczynski, Vizcarra, Merino y Castillo.

Es de esperar que la propia Patricia Benavides se dirija a la ciudadanía para explicar lo que viene ocurriendo con los fiscales Vela Barba y Domingo Pérez y también con los procesos Lava Jato y con la presencia de Odebrecht, poderosa empresa brasileña que se dedicó a practicar corrupción en varias naciones, incluido Perú.

Es de advertir que los nombres de Keiko Fujimori, el propio Vizcarra y Castillo están también metidos en el lío y que bien haría, como un todo, el gobierno para poner las cosas a derecho.    

Varias oficinas de fiscales han sido intervenidas como parte de las investigaciones realizadas en la madrugada y mañana de ayer.