¿Qué significan los adornos de Navidad?

Por: P. Luis Andrés Carpio Sardón

Los primeros villancicos fueron compuestos en el siglo V con el objeto de transmitir a la gente del campo el Nacimiento de Jesús. Por su parte, el Nacimiento, es una representación del momento del nacimiento del Niño Dios. Su origen es en 1223, en la Nochebuena, San Francisco de Asís juntó a los vecinos de Greccio, para que vieran el primer Nacimiento.

La Corona de Adviento se compone de unas ramas verdes, señal de vida, y que en su forma circular significan que no tiene comienzo ni final, y se refiere al Amor que Dios nos tiene. La Corona de Adviento tiene, además, cuatro velas que se han ido encendiendo en cada uno de los cuatro domingos del Adviento, mientras se reza alguna oración y se fomenta la ilusión por la llegada del Niño Dios. La corona se hizo con el fin de evangelizar a los que no sabían leer ni escribir, como un símbolo de que nos estamos acercando a celebrar la llegada de la Luz del Mundo, que llega para terminar con las tinieblas del mal. Jesús es la Luz del mundo, según sus propias palabras.

El Árbol de Navidad también surge con un fin de enseñar la fe. San Bonifacio, que evangelizó Alemania, sustituyó el árbol que se usaba en esos pueblos para rendir culto a dioses falsos y que se trataba de un roble, por un abeto. Este árbol, igual que la Corona de Adviento, está verde, señal de que es un árbol vivo, como el Amor de Dios. Y se adornó con manzanas, para representar el pecado que cometieron Adán y Eva; y también con velas encendidas, que recordaban también la luz de Cristo. Simboliza el lugar donde el demonio entró en la historia, y el lugar en el que Cristo venció al demonio, la Cruz, hecha de madera: otro árbol. Con el tiempo, las manzanas y las velas se han sustituido por bolas de colores y foquitos.

La Nochebuena, con la Misa de Gallo, que se llamaba así porque se celebraba a la hora que cantan los gallos, al amanecer, pero que ahora generalmente se entiende que es la primera Misa que se celebra por Navidad, el 24 de diciembre, cuando se ha puesto el sol.

La Cena de Navidad, que invita a decorar la mesa con cariño, usar la mejor vajilla que se tenga y cocinar lo más rico que se pueda, expresa que estamos celebrando algo muy grande. Y simboliza el banquete que Dios nos prepara en el Cielo, al que nos invita y en el que nos espera. Los dulces expresan también lo dulce que es el amor de Dios por nosotros.

Los Pastores y los Reyes Magos representan, por un lado, la gente sencilla que tiene más facilidad para captar el mensaje de Cristo y para reconocerlo; y por otro lado, la generosidad con que podemos corresponder al amor de Dios, que se hace él mismo un regalo para nosotros, así como que los destinatarios del mensaje del Niño Dios somos personas de todas las razas.

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