Arequipa en riesgo ante el avance de la anemia

Por: Germán Yuca Ch.

A pesar de los esfuerzos del sector Salud local, la anemia en infantes y madres gestantes continua incrementando en Arequipa. De acuerdo al sistema His-Minsa, los porcentajes de enfermos de anemia en la región incrementan de manera sostenida durante los últimos años. Debido a la variedad de sus efectos adversos, debe ser prioridad para las autoridades regionales el potenciar acciones de respuesta ante esta enfermedad crónica que causa secuelas de por vida. 

De acuerdo a la Gerencia Regional de Salud (Geresa), en el 2018 al menos el 34.2% de la población infantil menor a 3 años de edad padecía anemia; en el 2019 la cifra se redujo a 32.7%; en el 2020 llegó a 31.4%; en el 2021 descendió a 27.7%, en el 2022 aumentó a 29.2% y el 2023 culminó con 27.9% de infantes con dicha enfermedad.

«Haciendo un análisis, a nivel regional, de los últimos seis años podemos ver que la anemia quiere resurgir en niños menores de tres años», añadió la directora de Salud de las Personas, María Elena Flores Carpio.

En tanto, la anemia en gestantes también ha incrementado, pues en el 2021 al menos el 24.5% de mujeres encinta padecía anemia; en el 2022 la cifra se redujo a 20.7%, pero durante el 2023 incrementó a 52%; siendo Condesuyos (68.8%), Arequipa (56.2%) y Caravelí (50.5%) las provincias con más gestantes con anemia. Ante esta situación se busca potenciar la intervención preventiva y diagnóstico oportuno contra la anemia en Arequipa. 

En la región Arequipa hay 130 establecimientos de categoría I-2 que cuentan con profesionales en enfermería que puede hacer la toma de muestra, pero no los médicos. En tanto, hay 68 establecimientos de categoría I-3 que cuentan con los equipos y con los médicos profesionales requeridos para brindar atención. Finalmente, hay sólo 11 establecimientos de salud de categoría I-4 que cuentan con áreas especializadas para tratar casos complicados de anemia.

No obstante, nuestra región también presenta casos de malnutrición y sobrepeso. En el 2018 eran el 6.8% de los infantes; en el 2019, 6.7%; en el 2020, 7.2% y en el 2023 bajó a 5.9%. En tanto, los casos de desnutrición son más elevados, porque ascendían a 8.4% en el 2018; a 8.6% en el 2019, a 8.1% en el 2020; a 7% en el 2021; a 7.1% en 2022 y, finalmente cerró el 2023 con un incremento que llegó a 7.7%. Lo cierto es que hay una incidencia de malnutrición a nivel regional. 

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