El 80 por ciento de la producción del sancayo se pierde

Por: Germán Yuca Ch. 

EL TESORO, ORIUNDO DEL SUR

En el vasto mundo de la fruticultura, Arequipa guarda un fruto que merece ser conocido a nivel mundial. El sancayo o sanky es una fruta natural de la sierra sur que gracias a su alto contenido nutricional tiene el potencial de convertirse en uno de los frutos bandera de nuestro país. Pues más que una simple fruta, el sanky es un reflejo de la riqueza que tienen las zonas altas del Perú.

El sancayo crece en los valles y laderas ubicadas por encima de los 2 mil 500 msnm del sur. Asimismo, su planta tarda aproximadamente 40 años en desarrollarse adecuadamente y producir frutos. Además es un fruto que se desarrolla en zonas altas del sur, por lo que es difícil de replicar en otros países. A pesar de que su planta fertiliza naturalmente los suelos donde crece. 

«El redescubrimiento del sanky ocurrió en el 2006. Tras la promoción y difusión de sus bondades, desde el 2007 se inició a vender en regiones como Ica, Pisco y Chincha. En el 2010 comenzó a venderse en el mercado de frutas de San Luis (Lima). Esta es una fruta especial, gracias a su valor nutricional es importante explorar todo su potencial y encontrar posibilidades», declaró el naturista, Deiter Linares Guerrero. 

El sanky tiene en su pulpa un sabor único, pues se distingue una combinación entre dulzura y acidez, con un toque ligeramente picante que lo hace agradable al paladar. Pero el sancayo no solo destaca por su sabor, sino por sus beneficios para la salud. Es rico en antioxidantes, vitaminas A y C, así como en minerales como el potasio y el hierro, lo que lo convierte en un aliado para fortalecer el sistema inmunológico y prevenir enfermedades. 

Debido a su composición, el sancayo tiene gran variedad de presentaciones, pues puede consumirse como fruta fresca, como postre (mazamorra, queso helado), como bebidas como jugos, energizante y cóctel como pisco sour.

El sancayo tiene diez veces más vitamina C que un limón y contiene cinco veces más potasio que un plátano; componentes que ayudan a contrarrestar el cáncer, la diabetes e incluso regula los vasos sanguíneos. 

A pesar de su gran variedad de virtudes, el sancayo aún no ha alcanzado la popularidad que merece en Arequipa y otras regiones del país. Al punto de que anualmente aproximadamente 100 toneladas de Sancayo se desperdician en nuestro país. Es por eso que es crucial difundir su venta y consumo, promoviendo su inclusión en la dieta diaria de las familias arequipeñas.

«La gran tragedia del sanky es que casi el 80% de la producción nacional se pierde. Aunque se ha iniciado la comercialización en algunos mercados de todo el país, aún no es suficiente y gran parte de la producción anual se desperdicia. (…) Es un recurso que está en nuestras narices y debe ser puesto en valor. El sanky tiene un potencial gigantesco, como para convertirse en una fruta del Perú», sostuvo Linares Guerrero.

Fomentar la venta del sancayo no solo beneficiaría a los agricultores locales, que encontrarían en este fruto una fuente de ingresos adicional, sino que también contribuiría a diversificar la oferta gastronómica de la región y a promover un estilo de vida saludable entre la población. Más aún cuando este fruto está presente en la sierra de nuestro país: Ayacucho, Huancavelica, Tacna y Arequipa; estando presente en el valle del Colca, pero también en la parte alta de Polobaya. 

El sancayo es mucho más que una simple fruta, es un símbolo de la riqueza natural y cultural de Arequipa. Su difusión y valorización son fundamentales para preservar este tesoro frutal y promover el bienestar de todos aquellos que tienen el privilegio de disfrutarlo.

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