Requiem en San Antonio

Por Willard Díaz

Ante un lleno total, en la iglesia de San Antonio, Arequipa, la noche del lunes 25 de marzo un gran conjunto de coros y orquesta presentó su versión del famoso “Réquiem”, la última de las notables obras de Mozart.

Abrumado por la culpabilidad que le atribuyó su padre tras la muerte de la madre de Wolfgang Amadeus, el joven músico, poco antes de su muerte, en 1791, a los 36 años, compuso algunas páginas del “Réquiem” destinadas a la misa de difuntos de la esposa de un desconocido, a quien Mozart atribuyó, se dice, un símbolo de su propio destino. Mozart falleció antes de concluir el pedido; uno de sus alumnos, concluyó la partitura, que es la que se conoce. Signo del fatal vínculo entre la vida y la muerte, el “Réquiem” se suele ejecutar en Semana Santa en diversos escenarios del mundo.

Esta vez, la Asociación Cultural Arequepay asumió la compleja tarea de reunir a dos coros, el propio, el Coro Arequipa, y el Coro Polifónico de la Universidad Nacional de San Agustín, quienes, con la participación de la Orquesta Sinfónica de dicha Universidad, dirigido el conjunto por la siempre destacada maestra agustina Pilar Lopera, ofrecieron un gran espectáculo, el Concierto Sinfónico Coral del “Réquiem” de Mozart.

El gran volumen coral cumplió perfecto su cometido; los solistas, con el claro brillo personal de la soprano Cristina Conde Vargas, iluminaron la obra. La orquesta, salvo algún pasaje de un cuarteto, estuvo pulcra. El ensamble coral instrumental brindó esa noche una actuación memorable que el público entusiasmado aplaudió de pie al final durante largos minutos. La dramática majestuosidad casi romántica de Mozart fue bien iconizada por nuestros artistas locales, dando una muestra de que el nivel de desarrollo musical académico de Arequipa ya es el idóneo.

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