Cómo y cuándo nació el Texao

Por Carlos Meneses Cornejo

Juan Guillermo Carpio Muñoz escribió más de 5 mil páginas sobre la historia de Arequipa desde 1945 hasta su muerte.

ESPECIALES DE AREQUIPA: Los arequipeños que yo conocí

A una fervorosa pareja arequipeña, Dios premió con un hijo al que llamaron Juan Guillermo, el recién nacido tuvo como padres a Teodora Muñoz Rivera y a Oscar Carpio Muñoz. Ya de adulto, Juan Guillermo que sentía una gran admiración por Francisco Mostajo Miranda, asumió el 25 de agosto de 1977 un compromiso bajo juramento en un taller de reparación de máquinas de escribir a dónde había llevado una vieja máquina Underwood del año 1913 para que la arreglaran y poderla usar.

Francisco Mostajo Miranda. (Foto: Arequipa Tradicional).

El dueño del taller solucionó el desperfecto y para probar la calidad del trabajo efectuado le pidió que escribiera una nota, cosa que él hizo en la forma de un acuerdo bajo juramento. En ese documento declaró que se comprometía a realizar el estudio de la vida de Francisco Mostajo Miranda a quien en adelante llamaría Texao, no por ser la flor más bella o más cuidada de Arequipa, sino porque era la más rebelde por crecer al borde de las acequias y nunca en una maceta.

El documento dejaba constancia de la obligación. Los estudios por realizar llevarían, en lugar del nombre de Mostajo, el de Texao y en tal carácter comenzó a estudiar la historia de Arequipa afirmando que Mostajo no recogía historia, sino que la hacía liderando y luchando junto a un pueblo que era una antorcha inflamada en rebeldía.

El acuerdo consigo mismo demostró que la máquina estaba en buen estado y también fue el origen del nombre de una serie de publicaciones que llegaron a tener más de 5 mil páginas y constituyeron lo que ahora se conoce como la colección Texao, que terminó imprimiendo en 14 ejemplares la Universidad Católica de Santa María (UCSM) con el auspicio de su rector Manuel Briceño Ortega y de los vicerrectores César Cáceres Zárate, Gonzalo Dávila del Carpio y Jorge Luis Cáceres Arce.

Juan Guillermo Carpio estudió en la escuela normal de Arequipa, luego ingresó a la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA) donde se graduó de sociólogo; ahí se desempeñó también, durante más de 10 años, en el cargo de secretario general de la universidad. Estando allí comenzó a escribir los libros del Texao, siempre relacionándolos con las actividades de Mostajo, paralelamente incursionó en la Historia general de Arequipa que patrocinó la Fundación Manuel J. Bustamante de la Fuente y en la que escribieron Eusebio Quiroz Paz-Soldán, Alejandro Málaga Medina, Guillermo Galdós Rodríguez, Máximo Neira Avendaño y el propio Carpio Muñoz.

La primera parte del Texao comprendió 4 tomos que van desde 1867 hasta 1915. El comienzo de las publicaciones fue muy difícil, dos empresas ofrecieron financiar el trabajo, pero la oferta nunca se concretó y entonces, Juan Guillermo compró su papel, lo llevó a cortar en partes iguales y comenzó a tipear utilizando además un mimeógrafo. Él llegó a distribuir el Texao a los canillitas para que pudieran venderlo.

El trabajo fue entregado a 10 o 12 puestos que quedaban todos en el Centro Histórico de Arequipa, el autor creyó que los vendería como pan caliente, para solo comprobar cuando salió el segundo número que los canillitas no habían vendido nada.

Los papeles que escribió estaban maltratados y entonces decidió que él sería, también, el vendedor del Texao. En total salieron 4 tomos de la primera parte de la vida del Texao, siempre asociándolo a las actividades de Mostajo, a sus discursos, a su profesión de abogado, defensor de causas públicas, anticlerical y terriblemente libre.

Se compró un cartapacio lo suficientemente grande para cargar los tomos de su trabajo de investigación que llegaba a vender uno por uno, escuchando siempre favorables comentarios que iban creciendo hasta que un día lo llamó a las oficinas de la Compañía Cervecera del Sur quien era su gerente general, el Dr. Jaime Rey de Castro, asesor de empresas, intelectual y político.

Ambos no se conocían, pero Rey de Castro lo felicitó efusivamente por su Texao y juntos fueron a la casa de Carpio Muñoz, quien ya vivía en una calle de San Lázaro. Rey de Castro le dice que le gusta el ‘periodiquito’ que hacía y que él le contrataba todas las últimas páginas de las publicaciones por salir.

Texao se vendía también en la librería San Francisco, del librero Javier Ochoa Velazco, y su venta comenzó a crecer. En un momento determinado Carpio Muñoz abandona la UNSA y se dedica exclusivamente a escribir libros sobre temas arequipeños como la música, cultura, idioma y las formas de hablar de los arequipeños.

Divide el crecimiento histórico de la ciudad por etapas y por consecuencias económicas del desarrollo de una tierra que recibe muchos migrantes interesados en conocer cómo era esta tierra. Resulta elegido parlamentario por Arequipa, de su anciana madre aprendió también a cantar y de su padre a ser un hombre laborioso, honesto y un arequipeño nato y neto.

Los libros de Arequipa se mantenían al margen del Texao que seguía siendo sinónimo de Francisco Mostajo.

Iglesia de San Lázaro.

Entre la obra de Juan Guillermo figuró un libro sobre Arequipa en la Guerra con Chile, Arequipa música y pueblo, Historia de la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa, Historia del transporte arequipeño, Arequipa descentralista, Diccionario de arequipeñismos, Propuesta del plan municipal para Arequipa en educación y cultura, Historia de los molinos arequipeños, Pasión y gloria del chacarero arequipeño, Cultura loncca y tauromaquia arequipeña y consiguió que la empresa Resersur, de Reynaldo Roberts, imprimiera una edición de bolsillo de arequipeñismos de la que regalaron 5 mil ejemplares. El pendón musical de Arequipa era un volumen de un libro, un folleto y dos discos compactos en los que cantaron y tocaron músicos arequipeños de todos los tiempos. Ese quehacer no tenía nada que ver con el trabajo que él hacía sobre Mostajo y su Texao.

Un cáncer de estómago lo puso al borde de la muerte y entonces le pidió a la Virgen de Chapi, al Misti, al río Chili y a Dios que le permitieran vivir hasta terminar la obra deseada. Cuando muere Mostajo, en 1953, no se detiene y continúa trabajando siguiendo la huella del maestro, así llega a una metástasis que afecta sus pulmones. Él no logró vencer el cáncer.

Entretanto, conoce un segundo amor en su vida, Maigualida Pérez González, una educadora venezolana que visita Perú como turista y de Lima viene a Arequipa, se entera de la obra y lo ayuda para completarla, cosa que logran cerca del año 2000.

Con apoyo de estudiantes de Sociología llegan a preparar 36 mil fichas de todos los hechos, acontecimientos y descubrimientos históricos de Arequipa. El Texao se acerca al fin de su publicación, simultáneamente el autor es declarado Hijo predilecto de Arequipa.

Juan Guillermo tenía otras virtudes como muy buena voz para cantar y mejores calidades para investigar con verdades comprobadas.

El rector de la UCSM lo convence de venderle a la casa de estudios la publicación de 14 números de más o menos 500 páginas cada uno, que se pone a la venta del público en un tiraje de mil ejemplares.   

Plaza de Armas de Arequipa.

Deja un comentario