Por: Carlos Meneses

Ojalá ocurra esto para bien de la democracia y para acatar el mandato popular que derive de las elecciones del 2026.

Si bien es lógico e histórico el deseo de llevar al gobierno a amigos entrañables, lo que está ocurriendo con el gobierno de Dina Boluarte linda con excesos. El afán mencionado y el último reajuste ministerial lo evidencia plenamente, se ha llegado al extremo de mantener en el gabinete a gente que tiene niveles de aprobación ciudadana que apenas alcanzan el 4%.

Tan incómoda situación alcanza a la propia presidenta de la República, según encuesta de opinión al cierre de enero la aceptación es baja para el titular del Interior como para la propia mandataria.

El aislamiento de que hace gala en sus conversaciones con la prensa la jefa de Estado empeora el panorama y obliga a considerar como absolutamente necesaria una apertura hacia otros sectores ciudadanos que se preocupan sobre todo por el próximo proceso electoral que deberá convocarse en este año para el 2026.

Además, las reacciones que adopte el gobierno para continuar su política de “mis amigos al poder” han motivado graves problemas derivados de mal uso de recursos públicos en áreas claves como los comedores populares y escolares.

Habrá de llegar un momento en el que se esclarezcan hechos y que concluyan investigaciones que actualmente se tramitan en el Ministerio Público y que engloban a acciones indebidas con el dinero de todos los peruanos.

Tenemos confianza que ante la inminencia de la convocatoria a elecciones se realicen reajustes en la composición ministerial que nos den la oportunidad de un cambio en la manera de conducir los destinos patrios.