Por: Daniela Fernández C.

CASOS AUMENTAN EN ZONAS URBANAS

La obesidad es una de las principales preocupaciones de salud pública en el mundo actual, esta se trata de una condición caracterizada por un exceso de grasa corporal que afecta a millones de personas, independientemente de su edad o género. Esta enfermedad está estrechamente relacionada con una serie de problemas de salud graves, como enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión, entre otros. Las causas de la obesidad son complejas y abarcan desde factores genéticos hasta hábitos de vida poco saludables, como una dieta desequilibrada y la falta de actividad física. Hoy esto se observa a edades más tempranas.

Según diversas estadísticas, en el Perú se estima que aproximadamente el 25% de la población adulta peruana presenta sobrepeso u obesidad, y las cifras entre los niños también son alarmantes, con un aumento significativo en los casos de sobrepeso en las zonas urbanas. La creciente prevalencia de la obesidad plantea desafíos significativos para los sistemas de salud, lo que hace urgente la necesidad de fomentar la prevención, el tratamiento temprano y la educación sobre hábitos saludables.

En nuestra ciudad la nutricionista, Alessandra Tapia, menciona que nosotros podemos tener hasta 10 kilos de sobrepeso, lo que no afecta en su totalidad; sin embargo, pasado esos kilos si se vuelve un problema, por lo cual no se debe normalizar el subir de peso radicalmente y olvidar los buenos hábitos. Muchos le quitaban interés a esta problemática, pero desde la covid-19, que afectó a la población en el 2020, esta enfermedad se acentuó en mayor medida. Además, la obesidad puede afectar la calidad de vida, limitando la movilidad y generando trastornos psicológicos, como ansiedad y depresión, las cuales también pueden ser un desencadenante para padecer obesidad.

También comenta sobre el aumento de la obesidad infantil se ha visto impulsado por factores como el acceso a alimentos procesados, el sedentarismo y el uso excesivo de dispositivos electrónicos, puesto que la mayoría escoge ver televisión, estar en la tablet o celular, esto va de la mano con sus tutores, quienes también les enseñan a pasar tiempo de esta manera. Combatir este problema requiere un enfoque integral que involucre a padres, educadores, profesionales de la salud y la comunidad en general para promover estilos de vida saludables, ya que muchas veces los parques donde los menores pueden recrearse cierran temprano, sin tener en cuenta que los menores salen del colegio tarde, que tienen que almorzar y realizar sus tareas.

Tapia Lipe cuenta que uno de sus pacientes más jóvenes era un niño de tan solo 4 años, al cual le detectaron obesidad con 16 kilos de sobrepeso, resistencia a la insulina y el endocrino incluso planteó en ponerle metformina, fármaco que antes solo se usaba en personas con diabetes o adultos. Hace 10 años la obesidad se manifestaba en adultos de más 30 años pero a la actualidad esta enfermedad no discrimina edad.

A todo esto, el principal factor detrás de este fenómeno es la adopción de dietas poco saludables, caracterizadas por el alto consumo de comida rápida, bebidas azucaradas y una menor ingesta de frutas o verduras. A esto se une el hecho de que la comida chatarra es más rápida de conseguir y muchísimo más barata, incluso la eligen por no tener ganas de cocinar en casa, si bien consumir comida rápida solo una vez a la semana no puede causar mayor problema, es acumulativo y en un futuro se hará una costumbre consumir así, por consecuencia se vuelve una enfermedad.

El impacto de la obesidad en la salud de nuestros niños es trabajo de nosotros, apoyémoslos en realizar algún deporte o actividad física que les parezca interesante o divertido. Cocinemos con alimentos naturales y nutritivos sin fomentarles el ir a comer a la calle. Convivamos con ellos y enseñemos que tienen que cuidarse, acudamos a las campañas de concientización sobre alimentación saludable y el fomento de la actividad física. Aún queda un largo camino por recorrer en cuanto a la educación nutricional, el acceso a alimentos saludables y la promoción de hábitos de vida más activos, pero con un enfoque integral. Involucrando a la sociedad y el gobierno podemos revertir esta tendencia y mejorar la salud en el país.