Por: Juan Carlos Espinoza

CIENCIA

El Instituto Geofísico del Perú (IGP) tiene como misión desarrollar investigación científica, fomentar la innovación tecnológica y mantener una vigilancia permanente de los fenómenos geofísicos para contribuir al bienestar de la sociedad. En este contexto, ha desarrollado un sistema de monitoreo de huaicos que se encuentra instalado en la quebrada Huaycoloro. Este sistema opera desde la década de los noventa y, gracias al apoyo de Innóvate Perú en el 2014, se pudo automatizar y ampliar. Actualmente, cuenta con cuatro estaciones de monitoreo: dos en la quebrada Huaycoloro y dos en la quebrada Río Seco.

Las estaciones son autónomas y funcionan con energía solar. Además, están equipadas con sensores de presencia, un sensor de nivel y una cámara de vigilancia, los cuales permiten detectar el flujo, la altura y la ocurrencia de huaicos. Los datos adquiridos son procesados en un sistema embebido y transmitidos a un servidor central mediante radioenlaces.

Este sistema, ubicado a unos 20 km de la planta de Sedapal, es capaz de notificar la ocurrencia de huaicos con hasta 50 minutos de anticipación. Esto permite el cierre oportuno de las compuertas de la atarjea, evitando que el barro y los escombros contaminen el agua que abastece a la ciudad de Lima. Además, las alertas se dirigen a las autoridades de los tres niveles de gobierno, así como al Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), facilitando una respuesta rápida ante las emergencias.

La importancia de este sistema radica en su capacidad para minimizar el impacto de los huaicos en zonas vulnerables. En temporadas de lluvias intensas, las quebradas de la costa peruana pueden activarse, generando huaicos que ponen en riesgo la infraestructura, las viviendas y la vida de las personas. Por ello, contar con sistemas de monitoreo y alerta temprana es fundamental para la prevención de desastres y la gestión del riesgo.

Este sistema de monitoreo de huaicos ha servido como base para la implementación de un sistema de monitoreo de lahares en las quebradas del volcán Misti, en Arequipa. Este nuevo desarrollo ha estado operando de forma continua desde diciembre del año pasado y ha permitido mejorar la seguridad de las poblaciones cercanas al volcán. Los lahares, al igual que los huaicos, representan un peligro significativo, ya que consisten en flujos de lodo y restos volcánicos que pueden descender a gran velocidad y causar daños severos.

La expansión y mejora de estos sistemas de monitoreo es crucial para fortalecer la resiliencia de las comunidades expuestas a fenómenos naturales. Por eso, desde el Minam/IGP continuamos desarrollando ciencia y tecnología para fortalecer la gestión del riesgo de desastres en el Perú. Desde la institución seguimos realizando ‘Ciencia para protegernos, ciencia para avanzar’.