“El fotoperiodismo es un trabajo muy emocionante pero sacrificado”

Destacado fotógrafo y periodista Miguel Zavala Delgado.

Por: Daniela Fernández Cruz

Miguel Zavala Delgado es un fotógrafo y periodista quien desde muy pequeño se vio fascinado por el mundo de la fotografía, y que, con solo 18 años, empezó a trabajar como ayudante en el Diario El Pueblo, donde ha trabajado por más de cinco décadas y sigue dedicando su pasión. Su labor le ha permitido vivir muchos momentos gravitantes de la historia, también conocer diversos lugares. Ha sido reconocido a nivel nacional por su talento gráfico, pero no solo eso, gracias a su trabajo conoció a muchas personas quienes al día de hoy Zavala, a sus 75 años, recuerda con mucha emoción.

La pasión de Miguel por la fotografía surgió cuando él todavía era pequeño, veía como su padre tomaba fotos con una pequeña cámara. Le impresionó como un momento especial podía quedar plasmado a través de un artefacto. Tras ingresar a la carrera de Economía en la UNSA, pudo juntar dinero para poder comprar su propia cámara y así dedicarse a tomar fotos, que era lo que a él le gustaba.

Lo guio la pasión por el fútbol, iba a los partidos del Melgar, equipo que ama. Él, todavía sin ser fotógrafo profesional, tomaba las fotos desde su lugar en la hinchada. Fotografiaba a los jugadores y a la gente eufórica, a pesar de que la malla metálica tapara su vista. Recuerda que un fotógrafo muy amable lo vio esforzándose por tener tomas del partido, fue cuando este colega le pidió su cámara para ayudarle a conseguir mejores tomas desde dentro. Esta fue una acción que nunca olvidó y que lo impulsó a seguir con esta carrera.

Él estuvo muy feliz de que lo aceptaran en el laboratorio de Diario El Pueblo, donde empezó a dar lo mejor de sí mismo, y gracias a esto también pudo vivir mil emociones y conocer a distinguidas personalidades.

“El fotoperiodismo es un trabajo muy emocionante pero también es sacrificado, no solo nos toca fotografiar momentos alegres, sino también nos toca ver tristezas y tragedias”, dice.

Miguel recuerda cuando le tocó cubrir un suceso terrible que ocurrió en Arequipa, que fue la explosión en Congata en el año 1969. Como antes no había tantos medios de comunicación como ahora, le tocó ir a cubrir esta nota y tomar fotografías. Cuando llegó en su bicicleta no pudo creer todo lo que veía, se quedó perplejo al ver tanta destrucción, personas caminando con el cuerpo totalmente quemado, cuerpos sin vida regados por el suelo, esta fue una de las experiencias que más lo marcó en su carrera.

Como la anterior historia, este fotoperiodista tiene muchísimas, con ellas ha registrado la historia de Arequipa. Festejos importantes, arribos de personalidades, terremotos lluvias torrenciales. Solo por dar algunos ejemplos. Ha subido más de 20 veces al Misti y realizó otros ascensos a otras montañas. También le tocó hacer política.

Recuerda una vez que le tocó ir a un evento donde se encontraba el entonces presidente Alejandro Toledo, el cual lo trató muy mal, y de la misma forma actuó con toda la prensa que estaba presente. Otro fue el caso de cuando logró conocer al expresidente Alberto Fujimori, quien trataba de manera considerada y amable a los periodistas, fotógrafos y personas presentes.

Así como le tocó vivir sucesos lamentables también ha podido disfrutar de las ventajas que le dio el periodismo, como viajar a distintos lugares del país y también fuera, donde pudo visitar Estados Unidos, Europa y Oceanía, para conocer sobre sus culturas. Estos viajes lo llevaron a vivir diferentes experiencias, como sobrevolar en helicóptero lugares para fotografiar sucesos impactantes, experiencias que él no olvida.

“Zavalita” tiene una trayectoria amplia y una vida gratificante. Tras desempeñarse como corresponsal para diferentes diarios de la ciudad también conoció el amor, a su amada esposa Vilma, con la que formó su hogar, producto del cual nacieron sus bellas hijas Claudia y Patricia. Ambas son grandes profesionales y le regalaron también el privilegio de ser abuelo de Carla, Oswaldo, Samuel y Gabriela.

Miguel Zavala ha dedicado 50 años de labor fotografiando la historia de la nuestra ciudad.

Miguel ama a su familia, pero en un momento llevar su carrera fotográfica le causó ciertos problemas en casa, ya que muchas veces tuvo que cancelar planes por estar en el trabajo. Antes era mucho más demandante dedicarse a tomar fotos, ya que demoraba más en el proceso de revelado, solía quedarse hasta la noche y se perdía momentos con su familia, no es como ahora que de cierta manera la fotografía es más sencilla, al menos en aspectos tecnológicos. Sin embargo, siempre tuvo el apoyo de sus seres queridos, quienes admiran y comprenden el trabajo del padre.

Miguel es un ejemplo de experiencia, sabiduría y esfuerzo, demostrando que la carrera del fotoperiodista no es nada fácil, se necesita mucha voluntad y actitud para poder sobrellevar los problemas que hay en el camino. Como todo talento, en este también se necesita dedicación.

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