El papa más querido

Por: Carlos Meneses
La ausencia de Francisco se empieza a sentir desde el primer día en que se sabe que un defensor de los más pobres está faltando en la Tierra.
Según la opinión colectiva, el papa Francisco resulta ser uno de los más queridos por creyentes y no creyentes de todo el mundo, era un pontífice que satisfacía a todos, que pedía la unidad y que buscaba la oportunidad de servir a los demás. Así que cuando llegó el final de su vida muchos lo lamentaron como una pérdida que afecta a los que vivimos en el planeta y sobre todo a aquellos que buscan tranquilidad y paz para desarrollar actividades.
El hecho de ser un ciudadano latinoamericano significó exaltar virtudes de esta parte del planeta, alejar perversiones y hacer posible que la pobreza sea compatible con el afán eclesiástico de ser buenos seguidores de Cristo, de las enseñanzas y aprovechamiento de toda oportunidad que había sobre la Tierra para los pobres y para aquellos que buscaban con singular afán la oportunidad de prosperar.
Era un papa justo que quería diferenciarse de las antiguas formas de acercarse a los más débiles y confundirse en la defensa del medioambiente; hoy que se ha ido, advertimos su ausencia, pues faltan voces que defienda al medioambiente, a mujeres, a niños y a todos aquellos que se sienten abandonados.
Con el pasar del tiempo se sentirá más la ausencia de este sacerdote que vestido de blanco recorrió naciones de todo el mundo, distribuyendo afecto y entregando todo lo que su cuerpo era capaz de dar en favor de un hermano desamparado. Por eso se siente su partida reconociéndose que algo nos falta para podernos llamar buenos hijos de Dios y mejores servidores de los empobrecidos.