Enfoque integral para conservar parques urbanos

Por: Claudia Ruíz Canchapoma
REFLEXIONES
Los parques son mucho más que áreas recreativas; son los pulmones verdes de nuestra ciudad, mejoran la calidad del aire, promueven la salud mental y física, y proporcionan espacios de encuentro para la comunidad e integración familiar. Su valor va más allá de lo tangible, siendo fundamentales para la sostenibilidad de las ciudades. En este sentido, la gestión pública desempeña un papel crucial, asegurando tanto su conservación, accesibilidad y beneficio para todos.
Para lograrlo es fundamental que las políticas públicas urbanas integren los parques como un componente clave en el desarrollo de la ciudad, maximizando su impacto en el bienestar ciudadano y la sostenibilidad ecológica. La planificación debe considerar estos espacios como recursos estratégicos, asegurando que no solo se preserven frente al crecimiento urbano, sino que también se fortalezcan y evolucionen con el tiempo.
La gestión sostenible de los parques urbanos requiere un marco legal claro y eficaz, que garantice su accesibilidad, uso responsable y conservación a largo plazo. Es fundamental asignar recursos para su mantenimiento, mejora y expansión, asegurando que continúen siendo espacios funcionales para la comunidad. Con acciones estratégicas, los parques pueden seguir siendo un pilar clave para el bienestar urbano y la sostenibilidad ambiental.
El compromiso ciudadano es clave para su conservación. Estos espacios no son solo propiedad del Estado, sino también de toda la comunidad. Involucrar a los ciudadanos en las decisiones sobre su conservación refuerza el sentido de pertenencia y promueve una responsabilidad compartida. Los ciudadanos deben ser actores activos en la preservación de los parques, no solo como usuarios, sino también como guardianes del espacio público.
Uno de los desafíos constantes de la expansión urbana es que, a medida que las ciudades crecen, los parques corren el riesgo de ser desplazados. La planificación urbana debe asegurar que los espacios verdes no sean sacrificados en favor del desarrollo, sino que se integren como un componente esencial del urbanismo sostenible. Por ello deben ser protegidos, no solo como un legado para las futuras generaciones, sino también como una necesidad fundamental para el equilibrio de las ciudades actuales y el cuidado del medioambiente.
Finalmente, los parques urbanos deben transformarse en aulas al aire libre. Además de proporcionar esparcimiento, deben ser centros de educación ambiental donde los ciudadanos, especialmente los jóvenes, adquieran conocimientos sobre la biodiversidad y el respeto por la naturaleza. Estos espacios deben servir como plataformas de sensibilización, promoviendo una mayor conciencia ecológica y fomentando la protección del medioambiente y hábitat de muchas especies.
La conservación de los parques urbanos es un desafío que requiere visión, compromiso y un enfoque estratégico. Es a través de políticas públicas bien estructuradas que se puede garantizar su sostenibilidad, promoviendo su integración en el entorno urbano y fomentando la participación activa de la comunidad. Así también, se requiere una ley que destine un presupuesto para la protección y mantenimiento de los parques metropolitanos, los que representan el 10 % de áreas verdes en Lima Metropolitana y que actualmente son autogestionados. Solo con un liderazgo efectivo y una inversión constante en estos espacios, se podrá asegurar que los parques continúen siendo un recurso esencial para el bienestar de las generaciones presentes y futuras.