Una oportunidad para la alimentación escolar peruana

ENFOQUE

Leslie Urteaga – Ministra de Desarrollo e Inclusión Social

Según Unicef, “junto con la oferta de alimentos y bebidas saludables, las oportunidades de aprendizaje y experiencias relacionadas con la alimentación que se dan en el entorno escolar pueden moldear patrones alimentarios más saludables durante el resto de la vida”. 

Sin embargo, desde la creación del servicio de alimentación escolar se han tenido múltiples problemas y, hace poco, en el mes de abril, vimos lamentables incidentes en Piura.

También las adquisiciones, a través de Comités de Compras, conformados para la contratación de los bienes y servicios que aseguren la alimentación escolar, a proveedores que cumplen una función de operador logístico, con dos únicas modalidades como la entrega de productos no perecibles y los desayunos entregados como raciones, no han venido dando las mejores garantías.

Por eso, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social apostó por un proyecto piloto que se creó con el extinto programa Wasi Mikuna, que incluyó por primera vez la incorporación de alimentos frescos, en convención, además, con un organismo internacional, que a la fecha viene dando resultados positivos; pero continuó arrastrando las otras modalidades anteriores, lo que nos puso en situaciones complejas apenas iniciado este año escolar.

Todo esto me llevó a informar públicamente, el 19 de marzo de este año, la necesidad de extinguir el sistema de compras para las modalidades de productos y raciones.

Posteriormente, y ante más incidencias en diversas regiones del país, el 13 de abril, con el respaldo de la presidenta de la República, Dina Boluarte, decidí adelantar la extinción del programa Wasi Mikuna; no el servicio de alimentación escolar, que actualmente continúa y está garantizado. Una decisión drástica, pero necesaria para desatar los nudos rígidos de un sistema administrativo que nos ha puesto frente a actos irregulares, de corrupción, y falta de control y vigilancia.

Hace 90 días, aproximadamente, inicié mi gestión, trabajando con el firme compromiso de mejorar la eficiencia de este servicio fundamental, así como de los demás programas sociales; por ello comencé cambios profundos. Así, en estos últimos 20 días, con total firmeza, tomé diversas medidas de carácter preventivo, como la suspensión del consumo de conservas (enlatadas y en sobres “pouch”) de pavita, pollo y pescado, a pesar de que muchas de estas no han tenido inconvenientes.

Recientemente, y luego de múltiples reuniones, se han dictado un conjunto de medidas dirigidas a garantizar la atención oportuna, priorizando la interacción con los proveedores, quienes son los que suscriben los contratos con los Comités de Compra, reconocidos previamente por el programa, a fin de que tengan un rol más activo.

Debemos seguir garantizando el valor nutricional del paquete de productos, por lo que vemos positivamente que proveedores responsables manifiesten la necesidad de hacer nuevos muestreos y verificaciones, asumidos por ellos mismos, con laboratorios calificados que determine el sector. Hay que recuperar la confianza entre nosotros y con la sociedad.

Esta es una oportunidad para trabajar unidos y tener un renovado servicio de alimentación escolar, con productos saludables, nutritivos, y en mejores condiciones.

Desde el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, no vamos a escatimar esfuerzos ni voluntad para hacer que este derecho fundamental sea una realidad en cada rincón del Perú.

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