Exhortan a municipios reactivar control vehicular para mitigar contaminación del aire

Fernando Málaga, director de Salud Ambiental de la Geresa.
Ante el incremento de la contaminación del aire en Arequipa, la Gerencia Regional de Salud (Geresa), a través de su Dirección de Salud Ambiental, exhortó a los municipios provinciales y distritales a reactivar políticas de control de emisiones vehiculares. La circulación de vehículos con más de 20 años de antigüedad, incluidos aquellos afiliados al Sistema Integrado de Transportes (SIT), contribuye al aumento del smog y al deterioro de la calidad del aire en la región.
La falta de fiscalización municipal en los últimos años ha permitido que circulen vehículos de hasta 40 años de antigüedad sin ningún tipo de control de humos, lo que incide directamente en el aumento del smog en la ciudad. Esta situación, sumada al crecimiento del parque automotor, ha provocado que Arequipa deje de considerarse una ciudad con bajos niveles de contaminación. Como consecuencia, cada vez más habitantes presentan enfermedades respiratorias como asma y otras afecciones similares.
«Hace años, a través de un reglamento municipal, se realizaba el control de humos a los vehículos para asegurar que estén operativos y no contaminen. Lo mismo debería hacerse ahora. Esto permitirá controlar las emisiones vehiculares. (…) Los municipios deben implementar políticas de “chatarreo” o incentivar la renovación de los vehículos más antiguos por unidades que no generen emisiones que promuevan la contaminación», explicó Fernando Málaga Chávez, director de Salud Ambiental de la Geresa.
Frente a este escenario, el Municipio Provincial de Arequipa y los municipios distritales, con el respaldo de la Geresa, deben establecer lineamientos que permitan fiscalizar y reducir las emisiones vehiculares. En esa línea, Málaga Chávez instó a las comunas a mantener en buen estado sus propias unidades —como camionetas, buses y camiones recolectores de basura— y a renovar sus flotas cuando excedan su vida útil, ya que los vehículos más antiguos liberan partículas contaminantes que agravan la calidad del aire en la ciudad.