Hernando de Soto fuera  de las elecciones 2026

Economista Hernando de Soto renunció a Progresemos.

Las elecciones presidenciales se celebrarán el próximo 12 de abril y mientras algunos políticos empiezan a perfilar sus candidaturas, otros salen de la carrera electoral. Es el caso de Hernando de Soto, economista quien en el 2021 intentó llegar a Palacio de Gobierno y planeaba volver a hacerlo en el 2026.

Sus diferencias con la dirigencia del partido Progresemos motivaron su renuncia a la organización y convirtieron en casi nulas sus posibilidades de sumarse a la contienda electoral. En julio de 2024, se firmó un acuerdo con el presidente del partido, Paul Jaimes, invitando a ser el candidato presidencial para las elecciones generales de 2026. En dicho acuerdo, ambas partes se comprometieron a adoptar el ideario, los equipos, y las estrategias.

Pese a esto, De Soto afirmó que “nada se ha hecho para implementar lo acordado” y denunció que su imagen fue utilizada en pintas y paneles del partido sin su permiso. Además, expresó su preocupación por la inclusión en Progresemos de personas con antecedentes judiciales cuestionables. “¿Cómo podemos luchar contra el crimen organizado, si el partido alberga en sus fueros a personajes cuestionados? ¿Cómo pueden hacerse promesas electorales fiables si desde el comienzo no honran los acuerdos políticos firmados?”, escribió en su comunicado el excandidato.

En las elecciones generales de Perú de 2021, Hernando de Soto se postuló como candidato presidencial representando al partido Avanza País. Su campaña se distinguió por un enfoque económico centrado en reformas estructurales del sistema de propiedad y la promoción del libre mercado, temas en los que De Soto tiene amplia experiencia y reconocimiento internacional. Como parte de su estrategia, buscó posicionarse como una alternativa técnica y experta frente a los candidatos tradicionales, apelando a la necesidad de modernizar la economía peruana y resolver problemas de informalidad y propiedad.

A pesar de estos esfuerzos, De Soto no logró obtener el apoyo necesario para avanzar a la segunda vuelta electoral. En los resultados oficiales, se ubicó en la cuarta posición, con un porcentaje de votos que, aunque significativo, no fue suficiente para consolidar su candidatura entre las principales opciones del electorado peruano. Su participación reflejó un respaldo notable en sectores urbanos y de clase media, interesados en sus propuestas de desarrollo económico y legalización de la propiedad. Sin embargo, la fuerte competencia y la polarización política del país complicaron sus aspiraciones presidenciales.

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