Consumo per cápita de vegetales en Perú alcanzó los 34 kilogramos

Con gasto promedio por persona de 43 dólares.

Los vegetales ocupan un lugar central en la dieta de los peruanos, no solo por su valor nutricional, sino también porque forman parte esencial de la reconocida gastronomía nacional. Platos emblemáticos como el lomo saltado, el ají de gallina o la causa limeña no serían los mismos sin la presencia de papas, cebollas, ajíes y otras hortalizas. En ese contexto, el comportamiento del consumo de vegetales ofrece señales relevantes sobre las tendencias alimentarias del país y su posible impacto en la economía doméstica y la seguridad alimentaria.

Al cierre de 2024 se registró en Perú un consumo de 1 148 mil toneladas de vegetales, lo que representa un incremento del 1.5 % respecto al año anterior. Este dato consolida una tendencia de crecimiento sostenido desde 2021, con variaciones anuales positivas en torno al 1 % – 1.5 %.

Para 2025, se proyecta que el consumo alcanzaría las 1 167 mil toneladas, es decir, un aumento del 1.6% respecto a 2024; la tasa de crecimiento más alta en los últimos cinco años. Este crecimiento esperado está vinculado a una mayor conciencia sobre la alimentación saludable, el amplio acceso a productos frescos en mercados locales y el dinamismo de la industria gastronómica nacional, que impulsa la demanda tanto en hogares como en restaurantes.

Comparativamente, el aumento acumulado desde 2020 hasta la proyección del 2025 sería de aproximadamente 74 mil toneladas, lo que reafirma la revalorización de los vegetales como parte fundamental de la dieta del consumidor peruano. Esta tendencia ofrece oportunidades para el sector agrícola, la agroindustria y el comercio minorista, que podrían encontrar en este crecimiento sostenido una base sólida para seguir innovando y abasteciendo uno de los hábitos alimentarios más representativos del país.

Sin embargo, al observar el consumo per cápita de vegetales, se revela una realidad distinta; Perú se mantiene por debajo de otros países de la Alianza del Pacífico, a pesar del incremento en el volumen total consumido. En 2024, el consumo por persona alcanzó los 34 kg; cifra que se mantendría sin variaciones significativas en 2025, según las proyecciones. Este nivel es considerablemente inferior al de Chile (69 kg en 2024 y 70 kg proyectados en 2025) y México (55 kg y 56 kg, respectivamente), e incluso se sitúa por debajo de Colombia, que mantiene 38 kg por persona.

Estas diferencias podrían explicarse por varios factores estructurales; ya que, en el caso peruano, el bajo consumo individual contrasta con la riqueza de la gastronomía nacional y podría estar influido por aspectos económicos, como el poder adquisitivo limitado en ciertos sectores de la población, o por hábitos alimentarios que priorizan otros grupos de alimentos. Asimismo, la distribución desigual del acceso a productos frescos entre zonas urbanas y rurales podría limitar el consumo regular de vegetales en diversos segmentos de la población. A esto se suma el hecho de que el Perú tiene una población más numerosa que países como Chile, lo que, en términos proporcionales, disminuye el consumo per cápita.

En contraste, países como Chile y México mostraron políticas de promoción de dietas saludables más activas, así como una mejor cadena de suministro e infraestructura de conservación de alimentos. Estas condiciones favorecieron un consumo más elevado y constante por persona, lo cual contribuye a mejorar los indicadores de nutrición y salud pública.

Asimismo, resulta clave observar el gasto promedio por persona en vegetales dentro de los países de la Alianza del Pacífico. En 2024, el gasto per cápita en Perú fue de 43 dólares, con una ligera proyección al alza para 2025, alcanzando los 45 dólares. Esta cifra se mantiene considerablemente por debajo de los niveles registrados en Chile y México, países en el que el gasto proyectado por persona para 2025 asciende a 104 y 94 dólares, respectivamente. Por otro lado, Colombia se sitúa por detrás de Perú, con un gasto constante de 39 dólares tanto en 2024 como en la proyección para 2025.

Esta diferencia en el gasto está relacionada no solo con el nivel de ingreso de los hogares, sino también con el precio promedio de los vegetales, la estructura del mercado local y las preferencias de consumo. En el caso peruano, el menor gasto por persona podría estar asociado a un mayor acceso a productos locales de bajo costo, especialmente en mercados tradicionales, donde los consumidores compran directamente a pequeños productores. Además, la informalidad en la cadena de comercialización reduce el valor monetario registrado.

RESALTAR

Por otro lado, países como Chile y México cuentan con cadenas de distribución más estructuradas, una mayor presencia de supermercados, y un mercado donde los productos orgánicos, envasados o importados tienen un peso más significativo, lo que eleva el valor del gasto promedio por persona. Asimismo, los hábitos alimenticios en estos países están cada vez más ligados a tendencias de salud y bienestar, lo cual impulsa la demanda de vegetales de mayor valor agregado.

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