Una goleada de amor para papá Bernardo

Por Jorge Jiménez Bustamante

Ornella Mancini, esposa del goleador del FBC Melgar, cuenta la faceta de «Berni» Cuesta como padre.

No hay estadio más importante que su casa ni barra más fiel que la de sus hijos. Este Día del Padre, Bernardo Cuesta no marca goles, pero sigue sumando puntos como capitán de su familia.

Lejos del césped y más cerca del parque, Bernardo vive el partido más largo de su carrera: recuperarse de una dura lesión que lo alejó de las canchas. Sin embargo, en la tribuna de su hogar, hay tres pequeños que lo aplauden todos los días: Sara, Alina y Piero. Junto a ellos, Ornella Mancini, su compañera de vida, lo alienta con una fuerza que no necesita bombos ni banderas.

«Estoy orgullosa del padre que eres», le dice Ornella, con emoción. Y no es para menos. «Agradezco tu dedicación, tu compromiso, tu amor por nuestros hijos. Estoy segura de que ellos están tan orgullosos como yo del ser tan especial que tienen como papá».

Arequipa los recibió hace más de una década. Llegaron con una maleta cargada de sueños y hoy tienen algo más valioso: un “Pasaporte Characato”, dos hijos nacidos en esta tierra y una vida entera que aprendieron a amar en rojo y negro. Aunque Alina nació en Colombia, fue en Arequipa donde Bernardo se estrenó como papá y también donde más se ha afianzado ese rol.

Ya no solo corre para llegar al arco rival. Corre —y vuela— desde Mollebaya después de cada entrenamiento para abrazar a sus hijos. Para ayudarlos con las tareas, llevarlos al parque, al cine, o simplemente jugar hasta quedarse sin aire, pero con el alma llena.

“Como papá es genial. Lo adoran porque cumple con todo lo que le piden, los educa con respeto, y disfruta cada segundo con ellos”, dice su esposa, quien prepara una sorpresa para el futbolista nacionalizado arequipeño.

Este domingo no habrá goles, pero sí abrazos. No habrá himno, pero sí voces pequeñas que dirán “¡Feliz día, papá!”, con la misma pasión con la que corean su nombre en el estadio.

¿Bernardo guía a sus hijos por el camino del fútbol o el deporte?   

⁠Está presente en todo momento, salvo que el trabajo no se lo permita. Los lleva al parque, a hacer deporte, al cine. Es un papá muy presente. No los prepara para ser deportistas, pero sí les enseña que el deporte es bueno para su desarrollo físico y emocional. Y claro, cuando se trata de fútbol, es el más feliz.

¿Festejan como arequipeños por cariño a la ciudad?

Desde que vivimos en Arequipa, adoptamos sus costumbres. El Día de la Madre en mayo, el Día del Padre en junio. Nos convertimos en padres aquí, dos de nuestros hijos son peruanos. Son fechas especiales, pero también creemos que todos los días se aprende a ser mamá y papá. Celebramos el amor y la dedicación diaria.

¿Fue difícil afrontar la lesión y estar fuera de las canchas?

Sí, fue durísimo. De un día para otro, pasas de entrenar todos los días a hacer reposo absoluto. Pero con amor, compromiso, y el apoyo de la familia —de nosotros y de todos los que están en Argentina— él fue superándolo. La familia ha sido clave para su recuperación emocional.

Mientras el regreso de Bernardo a las canchas se cocina a fuego lento, en casa ya se juega el partido más importante: el de ser papá. Y ahí, como en el fútbol, Cuesta nunca se rinde.

Dato: Mañana Cuesta podría tener minutos en el partido del equipo de FBC Melgar en la Liga 3.

FAMILIA. Cuesta junto a sus hijos y esposa en un viaje por los bellos lugares de nuestro país.

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