Una mujer embarazada y una madre de familia fueron asesinadas.

Redacción Diario El Pueblo

El viernes 4 de julio fue un día lamentable. Dos mujeres fueron asesinadas. Una estaba embarazada. Su cuerpo sin vida fue hallado dentro de un costal en Chiguata. Fue sofocada. La otra fue estrangulada al interior de su casa, ubicada en Yura, y su hijo de apenas 15 años fue quien encontró su cadáver. Lo más triste es que no solo el de ella, también el de su padre. El principal sospechoso del primer caso ya está detenido.

Después de conocer el resultado de la necropsia de la primera fémina, la fiscal de turno determinó que estaba frente a un caso de feminicidio. Se hicieron las coordinaciones del caso y la PNP capturó a Nicanor R. V. F., de solo 18 años, en un establecimiento de salud ubicado en Paucarpata, donde labora como técnico de enfermería.

La ubicación del presunto feminicida se logró luego de recibir el testimonio de un taxista, quien realizó el servicio de traslado al detenido hasta Chiguata. El investigado solicitó el servicio a través de un aplicativo virtual y llevaba un costal, según el testimonio del conductor. Además, se recabaron testimonios de trabajadoras del establecimiento de salud que aportaron información, reforzando la hipótesis que él habría sido el autor del crimen.

Sobre el segundo caso, se lamenta profundamente lo que el adolescente de 15 años tuvo que vivir. Ese día había ido al colegio sin imaginar que, al volver, encontraría a sus padres sin vida. El dolor de enterarse de que su padre es el principal sospechoso de la muerte de su madre, y que, por miedo a asumir las responsabilidades de lo que hizo, por cobarde, se terminó quitando la vida. Aunque esto último está por confirmarse, la triste realidad es que en la actualidad el adolescente y sus tres hermanos, también menores de edad, están huérfanos.