Por: Carlos Meneses

Las relaciones entre Perú y Bolivia no pueden malograrse por un decir apresurado del que solo es culpable una expresión infeliz de la jefa de Estado en el mensaje del 28 de julio.

Razón tiene el presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, en protestar por expresiones inconvenientes, por decirlo menos, de la mandataria de la República, Dina Boluarte, cuando se refirió a “Estados fallidos” en referencia a ciertas naciones de América Latina en relación a problemas internos que tienen cada uno de ellos.

Fue una mención innecesaria e injusta con un país con el que siempre hemos tenido buenas relaciones y no había necesidad de provocar un incidente como el que ahora lamentamos.

En realidad, los problemas de Bolivia y los de cualquier nación hermana e inmediata, como la boliviana, siempre han sido superados gracias a la comprensión y el entendimiento que supone el tener excelentes vínculos con un país con el que hemos tenido siempre gran afinidad.

Creemos que el decir de la señora Boluarte no debiera tener los alcances que se le están dando, por el contrario, aspiramos a que cualquier situación difícil que tenga un vecino nuestro debe ser atendida de la mejor manera y comprendida dentro de los buenos propósitos que siempre orientaron las relaciones diplomáticas entre Perú y Bolivia.

El presidente Arce Catacora marcó una distancia que debe acortarse en la medida que no nos alejemos de los bolivianos. Todo lo contrario, hagamos todo lo posible en ayudarnos en una coyuntura difícil y resulta innecesaria una mala relación por un decir que no era procedente ni conveniente.