FIESTA JUVENIL

Por: Javier Del Río Alba – Arzobispo de Arequipa

Este 31 de octubre y 1 de noviembre celebraremos la XII Fiesta Juvenil de la Fe, en el santuario de la Virgen de Chapi, en Polobaya. Cada año participan más jóvenes en esta fiesta que preparamos especialmente para ellos. El año pasado fueron más de ocho mil, no sólo de Arequipa sino también de otras partes del Perú. En su mayoría son jóvenes católicos, pero también van miembros de otras comunidades cristianas e incluso algunos que no participan en ninguna religión pero que, atraídos por sus amigos o por la curiosidad, se trasladan hasta Chapi para ver por qué esta fiesta congrega a tantos de sus coetáneos. Todos vuelven contentos de la experiencia de vivir una noche diferente, de gozo evangélico y alegría pascual, porque, aunque tal vez no todos sean conscientes de ello, lo cierto es que en la Fiesta Juvenil de la Fe se da un verdadero encuentro personal con Jesucristo, que está presente en su Iglesia. Es Jesús mismo el que sale al encuentro de los jóvenes que van a Chapi. A unos los alcanza en los ratos de oración, a otros en el concierto musical o en el baile, a otros a través de alguna nueva amistad que forjan en el Santuario, a otros en fin en el silencio del amanecer o en la celebración eucarística. Tal vez, repito, no todos lo reconozcan, pero en general todos tienen la experiencia de esos dos peregrinos de Emaús que, según nos relatan las Sagradas Escrituras, aunque no sabían que era Jesús quien les había dado el alcance en el camino, les ardía el corazón al estar en su compañía (cfr. Lc 24,32).

Esta es la gran diferencia de nuestra fiesta: la alegría es fruto de la presencia de Jesús entre nosotros y, por eso, los jóvenes no necesitan ingerir alcohol o drogas, ni cometer excesos o recurrir a estimulantes artificiales para estar contentos y pasarla bien. Por eso regresan cada año a Chapi y animan a sus amigos a ir con ellos, porque como escribió el Papa san Pablo VI, los jóvenes «sufren horrores ante lo ficticio, ante la falsedad y además son debidamente partidarios de la verdad y la transparencia» (EN,76). En ese sentido, la Fiesta Juvenil de la Fe es una alternativa también para aquellos jóvenes que «en las estructuras habituales no suelen encontrar respuestas a sus inquietudes, necesidades, problemáticas y heridas» (Francisco, EG,105). En Chapi, en cambio, con la presencia misteriosa pero real de Jesucristo resucitado y de la Virgen María que nos acoge en su Santuario, los jóvenes no necesitan ponerse máscaras ni disfraces para ser acogidos. Por el contrario, al sentirse amados por Dios y por los hermanos, incluidos los adultos que estamos con ellos, los jóvenes se sienten libres para mostrarse como son y para comunicarse con los demás, creándose así la comunión propia del Reino de los Cielos que está presente entre nosotros.

Invito a los jóvenes a participar en esta Fiesta de la Fe que comenzará este jueves 31 hacia las 10 p.m. y terminará al mediodía siguiente. No se olviden de llevar ropa de abrigo, porque en la noche hace frío, una carpa donde dormir algunas horas, algo de comer para esa noche y la mañana siguiente, y también para la mañana siguiente ropa ligera, un gorro y bloqueador para el sol. Los padres de familia que deseen pueden también ir con sus hijos y así compartir con ellos una fiesta extraordinaria. ¡Los espero!

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