Las emergencias en el mundo
Por: Carlos Meneses
Un entendimiento internacional es necesario y urgente. Así como nos unimos para avanzar en el desarrollo también debiéramos tener el mismo afán para proteger a nuestras poblaciones afectadas por desastres naturales. Hagámoslo y de una vez para no sufrir las consecuencias de un descuido que ya es evidente en medio mundo.
Era deseable que las economías más importantes del planeta se detuvieran a incorporar en su programa de actividades la atención deferente hacia un problema surgido en los últimos tiempos. Nos referimos a los desastres naturales que no solo matan a personas, sino que producen graves daños en la economía de las naciones.
Era a todas luces conveniente que los incendios forestales, las lluvias inusitadas y otras anormalidades propias de errores humanos o de desarreglos climáticos sean objeto de consideraciones para que los países individualmente considerados u organizados en grupos se entendieran para ayudarse en situaciones difíciles, como las que acaban de ocurrir en España.
Pero nada de eso se ha tratado y ha quedado en evidencia las deficiencias operativas de medios de auxilio para casos que han alarmado y que han provocado descontento en comunidades que no estaban bien dispuestas para hacer frente a los problemas presentados.
Afortunadamente, el mundo tiene que cambiar y la atención de estos asuntos es requerida a nivel internacional y mediante el concurso de unas y otras naciones afectadas.
Así como nos entendemos para el desarrollo económico, igual debemos hacerlo para fenómenos naturales que son inusitados y absolutamente desproporcionados como las inundaciones y desbordes de ríos por falta de previsión en muchos casos y la no participación de elementos de apoyo como ejércitos, cadenas aéreas y actividades de auxilio que antes no eran necesitadas en el volumen de hoy.