Por Carlos Meneses

La crisis en el Ministerio Público se acentúa con el nombramiento de los remplazantes en todos los procesos de investigación sobre corrupción en el Poder, quienes son los nuevos encargados para formular acusaciones ante jueces.

El Ministerio Público cambió al fiscal Rafael Vela Barba en la conducción del grupo de la Fiscalía encargada del caso Lava Jato, la confianza de la Fiscal de la Nación fue con una dama de nombre Mariela Mendoza, quien asumió inmediatamente sus funciones dejando el trámite de apelación sobre Vela en manos del Poder Judicial.

El expediente ha sido cerrado, declaró la fiscal Benavides señalando que espera que la resolución judicial que cuestionó sus determinaciones de apoyo a la Oficina de Control sea respaldada con el fallo de los jueces.

Entretanto, todos los fiscales que investigaban la corrupción en el Poder han resuelto solidarizarse con Vela y observar el procedimiento seguido por la Oficina de Control, cuestionando los alcances de las resoluciones que fueron respaldadas no solo por la fiscal Benavides sino por un pleno convocado por la Fiscalía de la Nación que está siendo firmado por todos y cada uno de los fiscales del Perú.

Una decisión de esta naturaleza no había sido anunciada antes ni tampoco tiene precedente en la historia del Ministerio Público, excepto en el caso de una actitud similar adoptada al interior del Ejército en tiempos de Fujimori a la que se llamó como Acta de Sujeción.

Los fiscales del caso Lava Jato y de la corrupción en el Poder debieron reiterar su respaldo a Rafael Vela Barba y a José Domingo Pérez agudizando la crisis que se registra en el sector. Todo hace esperar que se produzca un nuevo pronunciamiento de la fiscal Patricia Benavides ratificándose en su posición, mientras Vela Barba acude en apelación al Poder Judicial.