Basura por montones, licor y hasta pintas en el camino a Chapi.

Sacerdotes piden respeto y verdadera fe a los visitantes al santuario.

Por: Daniela Fernández Cruz

Hay muchas personas que realizan la peregrinación al santuario de Chapi más por una aventura o experiencia amical. Ya que en el camino a Polobaya se encuentran evidencia de estos pésimos visitantes. Es impresionante la cantidad de basura dejada y siempre se hallan botellas de licor o latas de cerveza, en el colmo de todo ahora de se ha denunciado vandalismo en los cercos del templo.

Monseñor Raúl Chau dijo en reciente conferencia de prensa expuso esta problemática, no dudo en mostrar su molestia y fue enfático con todos los que deseen acudir. Hay que respetar y cuidar el santuario y todo su entorno.

En otro aspecto más delicado, las recientes obras de mejora en el Santuario de Chapi, que incluyen la construcción de nuevos muros y cercos para proteger el recinto, se han visto afectadas por actos de vandalismo. Autoridades denunciaron que algunas de las estructuras fueron dañadas o pintadas poco después de ser instaladas.

“Confiamos en que los verdaderos peregrinos no son los responsables. Quien visita a la Virgen viene a buscar consuelo, no a dañar el santuario”, señaló Samuele Patat Vicerrector del Santuario de Chapi. Según indican, los daños serían provocados por personas ajenas al espíritu religioso de la peregrinación, y pidieron mayor compromiso ciudadano para preservar este lugar sagrado.

La preocupación se incrementa ante la llegada masiva de fieles, especialmente durante celebraciones como la fiesta de la Virgen de Chapi. En el santuario reforzarán la vigilancia para promover el respeto al patrimonio espiritual y material. Además, buscan articular esfuerzos con las comunidades locales para realizar labores de patrullaje y monitoreo de las zonas más vulnerables.

Frente a esta situación, los responsables del santuario hicieron un llamado a la reflexión y al respeto. Cuidar el santuario no solo preserva un patrimonio cultural y religioso, sino también honra el esfuerzo de quienes trabajan día a día para mantener vivo este símbolo de fe en la región de Arequipa.

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