Apuros del cónclave

Por Carlos Meneses
Todos esperan una solución rápida al problema de elegir al nuevo papa.
A solo días del inicio del cónclave -que a partir del 7 de este mes- elegirá al sucesor del papa Francisco, las autoridades vaticanas han recomendado a los prelados que se abstengan de hacer comentarios que puedan traer como consecuencia desencuentros marcados dentro de la Iglesia.
Hay un grupo de cardenales que quieren mantener vigente la política de Francisco y otro sector que pretende regresar a posiciones conservadoras. De lo que se trata es encontrar una vía alternativa para satisfacer a la gran masa de feligreses de 1400 millones de católicos que evidenciaron su simpatía con la política del papa Francisco y en contra de los conservadores que querían recuperar la conducción de la Iglesia.
El cónclave se iniciará desde la mañana del 7, cuando los cardenales -que trabajarán a puerta cerrada y sin comunicación al exterior-tomen juntos su primer desayuno y a partir de entonces las puertas de la Capilla Sixtina no volverán a abrirse.
La comunicación con el exterior solo será con humo negro hasta cuando aparezca humo blanco y el jefe de la Iglesia anuncie que ya tenemos papa nuevo, se revele el nombre del nuevo pontífice y la plaza de San Pedro aplauda entusiastamente a quien continuará la obra de Francisco.
Entretanto los grupos de cardenales siguen conversando entre ellos sobre la mejor solución que se pueda encontrar sin provocar más ruido al interior de la fe católica. El cónclave a iniciarse el jueves culminará a corto plazo, en opinión de observadores es la mejor manera de terminar los desencuentros surgidos entre la renovación y el conservadurismo.