El humo blanco del cónclave

Por: Carlos Meneses
El mundo entero está pendiente de la elección del nuevo papa. Todos invocamos a Dios y al Espíritu Santo que los cardenales acierten en su decisión de elegir al sucesor de Francisco.
En los próximos días de una de las chimeneas de la Capilla Sixtina saldrá humo blanco y será de conocimiento colectivo quién es el nuevo papa. Ayer en los primeros intentos realizados en la tarde, el humo que salió del cónclave de cardenales fue negro.
Era previsible que así fuera, pues necesitan conocerse los cardenales e irse eliminando postulantes para escoger a quien deberá ser consultado si acepta la designación y precisar el nombre con el que será identificado en el futuro.
Dos peruanos Carlos Castillo, arzobispo de Lima y Pedro Barreto, arzobispo de Huancayo, podrán sufragar. El tercer postulante, Juan Luis Cipriani fue definitivamente marginado de participar. Hay nombres en juego, pero de seguro no serán las primeras votaciones cuando se decida al escogido.
Entretanto, en una sastrería están listos los trajes probables que escoja el nuevo papa. Hay tres juegos de ropa de acuerdo al físico de los cardenales para que pueda vestirse el elegido y saludar a millones de católicos que esperan al nuevo pontífice.
Hasta ahora se está cumpliendo con rigor el que el cónclave sea absolutamente secreto y que los papeles de los votantes se entreguen al fuego para que no se sepa cómo votaron.
El mundo espera que los cardenales bajo la inspiración del Espíritu Santo sepan elegir al nuevo pontífice y el humo blanco será la mejor respuesta a las inquietudes de todos los católicos y también la solución de lo que era imprevisible como fue el deceso de Francisco.
En todo caso, en la medida en que pasen los días estaremos más cerca de la decisión final.