“Hay arequipeños que han hecho de sus casas albergues de criminales extranjeros”

Fueron y siguen siendo cómplices del terror que hoy sacude a su propia gente. Policía encontró a delincuentes en viviendas con propietarios arequipeños.
Por Danna Felipe B.
El Perú está en guerra. Una guerra silenciosa, sin ejércitos ni trincheras, pero con víctimas todos los días. Es el crimen organizado el enemigo que ha invadido nuestras calles. Y, como en toda guerra, hay desertores. No solo aquellos peruanos que se han unido a estas mafias, sino también quienes, por dinero, les han brindado alojamiento y transporte. Han cambiado paz por plata. Han fallado a su patria.
Así lo denuncia el coronel PNP Giuliano Arguedas Pérez, jefe de la División de Orden Público y Seguridad de Arequipa. “Hemos capturado a criminales dentro de viviendas cuyos propietarios son arequipeños. Estas personas han hecho de sus casas albergues para individuos que viven al margen de la ley. Las han modificado y acondicionado para que tengan dónde regresar después de, probablemente, haber hecho daño a un peruano, a un compatriota”, lamentó.
Arequipa, como otras regiones del país, ha recibido una ola migratoria en los últimos años. Algunos vinieron a buscar oportunidades; otros, simplemente a delinquir. Con ellos trajeron nuevas formas de violencia: préstamos “gota a gota”, sicariato, extorsiones. Y, desgraciadamente, encontraron aliados. Muchos ciudadanos, confiados o egoístas, decidieron no hacer preguntas.
“Si alguien no tiene ingresos fijos, ¿cómo puede pagar un alquiler elevado? Es una señal clara de alerta. Pero muchos prefieren mirar a otro lado con tal de recibir dinero. Están priorizando su bolsillo antes que el bienestar de sus vecinos. Son malos patriotas”, insistió el coronel.
Entre los migrantes, hay personas que desprecian la vida humana y buscan enriquecerse a costa del sufrimiento ajeno. Para operar necesitaban techo, movilidad y anonimato. Todo eso lo consiguieron gracias a peruanos que les facilitaron el camino. Fueron cómplices. Y lo siguen siendo.
Arguedas recordó que ser un buen peruano empieza por la responsabilidad: asegurarse de a quién se le alquila una vivienda. “Es un deber como ciudadano. No se trata de rechazar a nadie, sino de tener claro que todos, desde donde estemos, somos soldados de esta lucha. Si no actuamos con conciencia, estamos permitiendo que el crimen gane terreno”.
Las personas que alquilaron a delincuentes y han sido identificadas están siendo investigadas y afrontan procesos administrativos por sus actos.