Comerciantes no aceptan su moneda y exigen pago en soles en frontera

En fronteras, comerciantes no quieren recibir moneda boliviana. La devaluación de la moneda boliviana no solo afecta al comercio local, sino que también fortalece el contrabando ‘inverso’ de productos básicos, complicando las dinámicas económicas en sus límites fronterizos.
CRISIS EN BOLIVIA
Bolivia enfrenta una compleja situación económica que está afectando de manera directa al comercio en sus zonas fronterizas. En lugares como Desaguadero, límite con Perú, la moneda boliviana ha dejado de ser aceptada en diversas transacciones comerciales informales, siendo reemplazada por el sol peruano como medio de pago predominante. Este fenómeno no solo ha dificultado las operaciones diarias de varios comerciantes, sino que también está fomentando cambios significativos en las dinámicas económicas locales.
Efraín Mamani, un pequeño comerciante boliviano que solía importar mercadería textil desde Lima, relató al diario El Deber que ya no puede pagar con bolivianos a sus proveedoras peruanas, como hacía anteriormente. “Yo pagaba en bolivianos a mis caseras peruanas, pero ahora no me aceptan porque ya no vale nada. Un ejemplo claro son los mototaxistas que te ayudan a pasar la frontera y que ya no te reciben plata boliviana”, explicó.
En la actualidad, para cruzar la frontera y realizar sus compras, Mamani debe cambiar bolivianos a soles peruanos, lo que le permite adquirir menos mercadería que antes, debido a la diferencia cambiaria. Esta situación lo ha obligado a incrementar los precios de sus productos en los puntos de venta en La Paz, afectando también al consumidor final.
DEVALUACIÓN SUPERA EL 160 %
Según economistas citados por El Deber, el tipo de cambio en Desaguadero el pasado viernes era de 5,10 bolivianos por sol peruano, lo que representa una devaluación superior al 160 % en comparación con valores previos. En promedio, se estima que 100 bolivianos equivalen a 52 soles, aunque esta cifra puede variar dependiendo del punto de intercambio. Esta variabilidad es especialmente marcada en zonas fronterizas, donde la alta demanda de moneda extranjera acentúa la fluctuación.
La pérdida de valor del boliviano ha llevado a una ralentización del comercio informal y fronterizo. Muchos importadores bolivianos han optado por paralizar sus actividades, ya que los costos operativos superan sus posibilidades actuales. “La mayoría no estamos yendo (a la frontera), nos hemos paralizado”, indicó Mamani para el citado medio extranjero.
CONTRABANDO Y COMERCIO INFORMAL
Además de la escasez de productos importados y el aumento de precios, la situación ha provocado un aumento del contrabando “a la inversa”, según reportan medios locales. Productos como carne, huevos, gas licuado de petróleo (GLP) e incluso ganado vivo están ingresando desde Perú hacia Bolivia por vías informales, atraídos por la diferencia de precios.
El fenómeno no es exclusivo de la frontera con Perú. En Bermejo, límite con Argentina, compradores argentinos cruzan a Bolivia para adquirir alimentos y ropa, debido a la también notoria devaluación del peso argentino, que ha sido del 100 % en los últimos doce meses, según el economista Fernando Romero. “Hace un año, por 1 000 pesos argentinos te daban 7 bolivianos; ahora te dan 14”, señaló el especialista. Este cambio ha convertido a Bermejo en un epicentro de comercio informal e intercambio de productos ya que la diferencia en la tasa de cambio ha generado un atractivo adicional para los comerciantes argentinos.
“Eran pocas las ocasiones en que no encontrabas bolivianos dispuestos a comprar nuestros productos a precios competitivos”, comenta un comerciante local. Sin embargo, la actual devaluación ha desbalanceado este flujo, y ahora los consumidores tratan de maximizar sus compras en estos puntos de cambio.
Dentro de Bolivia, los efectos también se sienten en el mercado interno. Según un informe de UNITEL Bolivia, los precios de los menús populares en mercados y puestos de comida subirán a 13 bolivianos en junio de 2025. Las vendedoras atribuyen este aumento al alza en los precios de la canasta básica, la falta de dólares y la incertidumbre económica. “¿Hasta dónde quieren que llegue el costo del almuerzo para el cliente? No queremos seguir afectando nuestra economía”, declaró una comerciante.
Además, platos típicos como el silpancho, muy consumido en Bolivia, se verán modificados por el alto costo de los ingredientes. Algunos puestos de comida han anunciado que dejarán de incluir huevo en este plato, ya que su precio ha subido considerablemente.