Por: Carlos Meneses

La nueva Junta Directiva el Congreso que remplazará el quehacer de la que acaba de terminar y que fue presidida por Eduardo Salhuana debe ser una rectificación de errores y una búsqueda de mejores tiempos para el porvenir económico del país.

La Junta Directiva del Congreso acaba de terminar su gestión y en consecuencia debe designarse una nueva nómina de presidente y vicepresidentes que probablemente será la última del régimen que dirige la presidenta Dina Boluarte. Se escogerá a un grupo de representantes que sean miembros de los partidos que han gobernado el país no con aciertos notables sino con frecuentes errores en su quehacer.

Hicieron todo lo posible, de seguro, para conducir el país a habituales errores que han lesionado los recursos públicos hasta llegar al extremo de merecer la desaprobación de la mayoría ciudadana.

El Congreso ha tenido yerros sin duda alguna y en esa tarea de equivocaciones se ha llegado a extremos peligrosos para la economía nacional y la estabilidad de las finanzas públicas. Hasta que sea el momento del cambio, que será la hora de la elección de un nuevo gobierno, tendremos que esperar que se produzcan designaciones que anhelamos nos lleven a mejores épocas como las que ahora deseamos, como un cambio necesario en la manera de conducir la economía y la estabilidad financiera del país y a un equilibrio que todos deseamos alcance a la mayoría de peruanos.

Esos nombres provendrán de los líderes de los partidos que han cogobernado el país en los últimos años.