Un año de retos para el sector salud
Por: Dr. Carlos Saavedra
El 2023 nos dejó muchas lecciones para el sector salud. Una de ellas es la evidente urgencia de potenciar la atención primaria, y cuando hablamos de potenciar se suele mencionar siempre la deficiencia histórica de infraestructura. Sin embargo, la muerte de un congresista evidenció que es la falta de personal la verdadera gran tarea que tiene el sector.
Es momento de poner en valor la importancia de los recursos humanos en salud, sean estos del sector público o del privado, considerando cuatro características generales que son cruciales para su análisis: la disponibilidad, que tiene que ver con la cantidad apropiada según los requerimientos de cada realidad local; la accesibilidad, que se refiere a la disponibilidad en términos geográficos y económicos; la aceptabilidad, asociada a la sintonía con las características culturales, de valores y lenguaje de la comunidad a la que se atiende; y la calidad, que se refiere a las destrezas, la buena formación académica y el entrenamiento en los contextos más difíciles propios de la profesión (Dussault, 2015).
Contar con mejores prestaciones de salud debe ser el principal reto por atender y se comienza desde la formación del futuro profesional, de manera que es grande la responsabilidad y no se limita a la transmisión de conocimientos teóricos, sino que debe extenderse al entrenamiento en la toma de decisiones y a la investigación. Por ese motivo, las universidades, que son las formadoras de estos profesionales, deben proyectar sus contenidos a satisfacer la demanda con el objetivo de reducir la brecha de profesionales y, junto con el Estado, asegurar una respuesta adecuada a los requerimientos de la población.
Esta responsabilidad debe ser abordada de manera integral con miras a considerar que, de acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, la brecha de recursos humanos pasará de 4 millones calculados en el 2006 a 15 millones en el 2030, una predicción alarmante que mellará aún más la calidad de los servicios sanitarios a escala global.
Ante esta realidad, la Organización Panamericana de la Salud recomienda “concertar con el sector educativo para dar respuesta a las necesidades de los sistemas de salud en transformación hacia el acceso universal a la salud”, promoviendo acuerdos entre los sectores de educación y salud para alinear las estrategias de formación de recursos humanos de alto nivel, además de regular la calidad de la formación para potenciar un cambio profundo de la educación profesional que priorice el compromiso con la salud de poblaciones vulnerables y sub atendidas.
Este 2024 se presenta como una oportunidad para trabajar en conjunto e ir acortando la brecha de personal que se necesita para atender con calidad a los peruanos, que merecen ser tratados con respeto y que no solo se les cure, sino que también se les cuide.