Los excesos de Donald Trump

Por: Carlos Meneses
La escobita nueva de los Estados Unidos tiene que detenerse, así lo exigen las circunstancias y las demandas mundiales.
Hay la esperanza de muchos de que los decires del presidente Donald Trump no lleguen a los extremos que anuncia y que han puesto en apuros a países como Canadá, Groenlandia, Panamá y muchos otros que parecen tener cuentas por saldar con la administración de Estados Unidos (EE.UU.).
El renunciante primer ministro canadiense, Justin Trudeau ha revelado que tras las intenciones de Donald Trump también hay afanes de integrar como bienes estadounidenses a países que se consideraban libres y que ahora los EE.UU. quiere incorporar como riqueza propia.
En todas las naciones afectadas por este proceder hay la impresión de que son necesarias detenciones en una política que resulta, en la mayoría de los casos, arbitraria. Eso ocurre con la posición de EE. UU. respecto del canal de Panamá, Canadá, Groenlandia y no es menor la inquietud en las naciones que tienen colonias migrantes en los Estados Unidos.
En algunos casos, los propios estadounidenses a través de legisladores y de sistemas administrativos han puesto limitaciones a los avisos de Trump. El mundo espera que haya rectificaciones de errores evidentes, como los maltratos que están sufriendo los deportados que vuelven a sus países. Eso ha pasado con los peruanos que han sido enviados de retorno en viajes que han vulnerado sus derechos humanos al ser tratados como si fueran reclusos.
Esto ha determinado, por ejemplo, que el canciller peruano sea enviado a Washington para reclamar los derechos de quienes son devueltos a nuestro país en deplorables condiciones.