Leer es la base para pensar, hablar y vivir mejor

Es obvio y nos lo han repetido hasta el cansancio, pero hoy en día muy pocos siguen el consejo.
Redacción Diario El Pueblo
Todos, en algún momento, hemos admirado a alguien cuya fluidez y coherencia al hablar eran impecables. Puede ser alguien real o ficticio. Hemos deseado hacer lo mismo en nuestro día a día. Y es posible. El primer paso es leer. Eso nos aconseja el escritor Andrés Santisteban a sus 80 años. Y teniendo la experiencia de la edad, ¿cómo decirle que está equivocado?
Para Santisteban Salas, un beneficio preciado del hábito de la lectura es ordenar tus ideas para hablar con propiedad después. Puede que esto no sorprenda a nadie, pues tampoco es difícil de inferir. Sin embargo, aun así no leemos y no somos completamente conscientes del poder que tiene..
Es un grave error afirmar que la constancia en los textos de cualquier índole no repercutirá en tu día tras día. Sin darte cuenta comunicarte—que es algo indispensable para los seres humanos, ya sea presencial o, lo que es más probable, a través de una pantalla— será más sencillo y eficiente para vos mismo. Sin embargo, para lograr los efectos deseados, debes dejar de usar siempre las mismas palabras, un segundo beneficio del tan olvidado hábito.
“Estamos encaminados a hacer una sociedad pobre en vocabulario. Escucho siempre las mismas palabras. No en todos, pero considero que cada vez son más”, lamentó.
Andrés Santisteban indicó que tener buena ortografía es un tercer beneficio. Otra vez, no sorprende a nadie. Pero los especialistas en letras, como nuestro entrevistado, se preguntan por qué entonces muchos no tienen interés en leer y mejorar en ese aspecto. Cualquiera te puede decir que, cuando faltan acentos, puntos y comas, simplemente el texto no se entiende. Traspasemos esto a contextos más cotidianos: cuando chateas por WhatsApp, cuando das tu opinión en redes sociales, ¿no te ha pasado que no has sido entendido?
El poeta invitó a grandes y chicos, sí, a lo que te estás imaginando: a tener interés en la lectura, aunque espera que a él sí le tomes el consejo. «Es edificante en todo sentido», afirmó. Pero una verdad es que todo nace en el hogar. Los padres deben intervenir. Sin ellos será difícil. Deben comprarles a sus hijos libros de acuerdo con su edad y sus gustos. ¿Quién quiere leer cosas que no le interesan?
Y después, los profesores. Estudiantes que se abstienen de leer, ni siquiera un pedacito de un texto para una tarea. No investigan. En internet tienen todas las cosas hechas. Entonces, hay que darles un espacio a la lectura dentro de lo que el curso manda.
“Hagan trabajar sus neuronas, no las dejen dormidas. Y así verán una calidad de vida mejor», finalizó.