El desgaste del gabinete

Por Carlos Meneses
El cambio de gabinete es absolutamente necesario y la renovación es una demanda ciudadana que la mandataria debe aceptar como necesaria e inevitable así lo exige la ciudadanía en general y con ello asegurar un proceso de transferencia a un gobierno que se renovará en el 2026.
El gabinete Adrianzén atraviesa por un momento sumamente difícil y todo indica que, aun salvando la vida, resultará tan desgastado ante la opinión pública, que la única alternativa que tiene la presidenta Dina Boluarte es cambiarlo de todas maneras.
Hemos llegado a una situación tal que sería un milagro que el gabinete se sostenga un tiempo más luego de confrontar los afanes que en su contra tiene la mayoría de las bancadas en el Congreso.
Aún si ocurriera la salvación del grupo de ministros que encabeza Gustavo Adrianzén resultaría tan lesionado que sería muy difícil mantenerlo intacto y lo más oportuno es que sea la propia mandataria la que decida cambiar a la mayoría de los ministros que están cuestionados por sucesos recientes como los 13 muertos en Pataz.
Bravatas al margen de su deseo de permanecer en el cargo, el gabinete actual resultará tan dañado en su prestigio que una sucesión de cambios tornará en inevitable el retiro de la mayoría de sus integrantes.
El alejamiento del gabinete en relación a la comprensión que bien merece la ciudadanía con respecto a problemas que son nacionales tornan en difícil la situación política que vive el Perú y en inevitable el fin de un gabinete que ha tenido en muchas ocasiones la oportunidad de renovar y de salvar los problemas que confrontó.
La propia jefa de Estado tendrá que admitir, al borde del proceso de renovación del 2026, que con este gabinete no puede continuar y que lo mejor es cambiarlo por personas que sean por lo menos más prudentes en el decir y en el hacer.