Número de pobres en Arequipa se multiplicó por 3 desde 2019.

VIDENZA INFORMA

Hace un par de semanas el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) dio a conocer los resultados del informe de pobreza 2024. A nivel nacional, el porcentaje de pobreza monetaria se redujo de 29.1 % a 27.6 %; lo que significa según el propio jefe del INEI que aproximadamente 386 mil personas dejaron de estar en situación de pobreza.
En Arequipa, sin embargo, la situación es distinta, entre 2023 y 2024 la pobreza en Arequipa se incrementó en 1.9 puntos porcentuales, pasando de 13.9 % a 15.8 %; esto significa que aproximadamente 16 mil personas pasaron a estar en situación de pobreza. La situación se vuelve más alarmante si consideramos que este es el tercer año consecutivo en el que la pobreza aumenta en Arequipa. De hecho, el número total de pobres en Arequipa se ha más que triplicado, pasando de aproximadamente 81 mil en 2019 a 252 mil en 2024.
Antes de la pandemia, en 2019, Arequipa registraba una tasa de pobreza del 6 %, la segunda más baja a nivel departamental, solo detrás de Ica. En 2020 la tasa de pobreza se triplicó, saltando a 18.6 %, luego en 2021 se redujo a 12.1 %, desde entonces la tasa creció hasta el 15.8 % del 2024. Así Arequipa en el 2024 ya no se encuentra en el segundo lugar de menor pobreza, sino en el quinto por detrás de Ica, Moquegua, Madre de Dios y Lambayeque.
Existe consenso entre la mayoría de los expertos de que la mejor forma, sino única, de reducir la pobreza sostenidamente es a través del crecimiento económico y la generación de empleo. En 2024, el PBI arequipeño creció apenas 0.2 % comparado con el 3.3 % nacional. Por su parte, la tasa desempleo en el departamento creció de 5.2 % a 7.3 % siendo la segunda más alta entre los departamentos del país. Así, el crecimiento económico limitado y el aumento del desempleo han generado un impacto directo en el bienestar de los arequipeños, dificultando la salida de la pobreza.
Vemos que Arequipa necesita con urgencia reactivar su economía para generar más puestos de trabajo y lograr así mejores condiciones de vida para los arequipeños. En este sentido, la inversión privada es clave. Existen en Arequipa proyectos emblemáticos como Majes Siguas II, Tía María o Zafranal que se han visto por años postergados. La reactivación de estos proyectos – junto con la realización de otros nuevos como las plantas de generación solar y producción de hidrógeno verde– no solo representa una oportunidad económica para Arequipa, sino una necesidad urgente para revertir la tendencia de crecimiento de la pobreza en la región.