Arequipa registró cinco donaciones de órganos durante el 2025

Donantes dan una oportunidad de vida a otros.

EN EL PAÍS HAY 7 MIL EN LISTA DE ESPERA

Por: Daniela Fernández C.

Cada día, cientos de personas en el Perú esperan una llamada que podría cambiarles la vida, la noticia de que hay un órgano compatible y disponible para un trasplante. Detrás de esa esperanza hay una realidad compleja, donde la solidaridad humana juega un papel fundamental. Donar órganos significa prolongar la vida de alguien más, brindándole la oportunidad de seguir disfrutando de sus seres queridos, trabajar o simplemente respirar sin dolor. 

Sin embargo, la cultura de la donación aún enfrenta barreras, el desconocimiento, los miedos y los tabúes. En nuestro país, la tasa de donantes sigue siendo baja, la más baja de todo Latinoamérica, lo que impide que muchas personas accedan al trasplante a tiempo. En medio de este panorama, Arequipa empieza a dar pasos importantes. La nefróloga y procuradora de trasplantes de Arequipa, Fabiola Gómez, servidora de EsSalud, nos explica cómo funciona este proceso y cómo se acompaña a las familias en un momento tan delicado.

En lo que va del 2025, la ciudad ha registrado cinco donaciones. Lo que para nuestra población no está tan mal, pero a nivel nacional la tasa sigue siendo baja, apenas hay dos donantes por millón de habitantes. En comparación con otros países, como España, por ejemplo, donde hay entre 48 y 50 por millón. Una de las principales barreras es la falta de cultura sobre la donación.

Nefróloga y procuradora de trasplantes de Arequipa, Fabiola Gómez.

«Falta mucho por trabajar en colegios y universidades. Muchas personas aún desconocen qué implica ser donante, o tienen miedo. Aunque el DNI diga que uno quiere donar, en el momento decisivo es la familia la que debe dar el consentimiento», explica Gómez Álvarez.

Entonces, ¿cuál es el proceso de la donación? El trabajo de los procuradores comienza con la notificación de un potencial donante. «Hablamos de pacientes neurocríticos, con traumas cerebrales severos producto de un accidente o sangrado. Si hay muerte cerebral, se confirma con pruebas médicas y se firma un acta», detalla. Solo después de esa validación, los profesionales pueden acercarse a la familia.  «Primero verificamos que hayan comprendido qué significa la muerte cerebral. Es un proceso muy delicado. A veces hay confusión, dolor y negación. No puedes hablar de donación hasta que la familia haya aceptado la pérdida», precisa la especialista.

Una vez que hay disposición a escuchar, se plantea la posibilidad de donar. ‘¿Les gustaría ayudar a salvar la vida de alguien más?’. Es allí donde se empieza una conversación distinta, hay quienes aceptan, otros se resisten, pero en todos los casos se brinda información clara, con respeto y sin presión. Una sola persona puede salvar hasta nueve vidas. Todo el proceso está regulado por ley, es transparente y seguro. Y lo más importante, donar órganos le da sentido a una muerte inesperada. Permite que esa pérdida pueda salvar vidas.

Hay casos especialmente conmovedores, como el de jóvenes sanos y atléticos que, tras un accidente inesperado ingresan al hospital. En medio del dolor, los padres reciben la noticia de la muerte cerebral. Tras un proceso de acompañamiento y comprensión, logran tomar una decisión profundamente generosa, donar los órganos de su hijo. Así, esa vida que se apagó de forma repentina termina salvando a varias personas, regalando esperanza donde parecía no haberla. Decidir ser donante es comprender que incluso después de partir, podemos marcar una diferencia inmensa, salvar vidas, cambiar destinos y dar esperanza a familias enteras. “Recibir un trasplante es saber que alguien te dio la oportunidad de vivir aún sin conocerte”, sostiene.

Una mujer de 42 años salvó la vida de dos personas tras fallecer a causa de un accidente cerebrovascular hemorrágico en Arequipa, el martes último.

Su hermano respetó su voluntad de ser donante de órganos, manifestada en su Documento Nacional de Identidad (DNI), y autorizó la extracción de sus riñones. Estos fueron trasplantados con éxito a dos pacientes que se encontraban en lista de espera en el Hospital Nacional Carlos Seguín Escobedo de EsSalud.

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