Dos de cada diez mujeres embarazadas padece de anemia y a veces no lo saben

Por Jorge Turpo R.

Anemia gestacional puede generar consecuencias profundas. El médico pediatra Álvaro Altamirano advierte que la anemia gestacional es un problema con consecuencias profundas en la madre y el niño.

RIESGO SILENCIOSO EMPIEZA ANTES DEL NACIMIENTO

Uno de los problemas más persistentes y silenciosos de salud pública en Arequipa y el país, sigue afectando a quienes están en el inicio mismo de la vida: los niños por nacer. Según la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES), dos de cada diez mujeres gestantes —el 18 %— presentan anemia durante el embarazo.

El dato no es menor si se tiene en cuenta que el 43,7 % de los niños entre los 6 y 35 meses también sufre esta condición. La anemia empieza mucho antes de los primeros pasos.

Para el médico pediatra Álvaro Altamirano, la anemia gestacional es un problema con consecuencias profundas.

“Puede causar retraso en el crecimiento intrauterino, parto prematuro y aumenta el riesgo de muerte infantil. El bebé no recibe los nutrientes necesarios y eso marca su desarrollo desde el primer momento”, advierte.

Durante el embarazo, sobre todo en el segundo y tercer trimestre, el volumen de sangre de la mujer aumenta por el crecimiento del feto.

Pero si los glóbulos rojos no se incrementan proporcionalmente, se genera una deficiencia de hierro conocida como anemia gestacional.

“Mujeres que han tenido embarazos seguidos, que no consumen suficientes alimentos ricos en hierro o tienen antecedentes de anemia, están más expuestas”, explica Altamirano.

Aunque los síntomas pueden confundirse con molestias comunes del embarazo, existen señales de alerta que deben atenderse con urgencia: fatiga persistente, mareos, debilidad generalizada, palidez en las mucosas, latidos cardíacos acelerados y presión arterial baja.

“Estos signos no deben subestimarse. El seguimiento médico es clave para diferenciarlos y actuar a tiempo”, insiste el especialista.

Uno de los controles fundamentales es el hemograma. Este examen, realizado durante las visitas prenatales, mide los niveles de hemoglobina y permite detectar tempranamente la anemia.

“Si se actúa a tiempo, se puede evitar que el recién nacido tenga bajo peso o que su desarrollo esté comprometido”, sostiene Altamirano.

Pero no solo se trata de exámenes médicos. También es determinante lo que se pone en el plato.

“Una alimentación rica en hierro, como sangrecita, hígado, bazo, bofe, menudencias o pescado, acompañada de frutas y verduras para mejorar la absorción, puede marcar la diferencia”, recomienda el pediatra.

Además, los suplementos de hierro, vitaminas y ácido fólico suelen ser parte del tratamiento que prescribe el médico para prevenir o revertir la anemia gestacional.

NIÑOS AFECTADOS

En paralelo, el país enfrenta una situación igual de grave en la población infantil. En Arequipa, por ejemplo, cómo lo reveló El Pueblo la semana pasada, se estima que la anemia afecta al 35 % de los niños menores de tres años.

Lo preocupante es que apenas el 20 % de los menores es llevado a centros de salud para ser tamizado o recibir tratamiento.

“De cada 10 niños, entre 3 y 4 tienen anemia. El ideal sería que solo uno tuviera esta condición, pero estamos lejos de eso”, señala Maricela Bedoya Zegarra, coordinadora de la Etapa de Vida Niño de la Red de Salud Arequipa-Caylloma.

La funcionaria insiste en que la detección temprana es clave para evitar que la anemia afecte el desarrollo integral de los niños, tanto en lo físico como en lo cognitivo.

Para este 2025, las autoridades sanitarias de la región se han propuesto tamizar a más de 9 mil niños menores de tres años y reducir la prevalencia de la enfermedad en las zonas más vulnerables, como los distritos de la parte alta de la provincia de Caylloma, donde los casos se disparan.

La anemia no solo compromete la calidad de vida. Es un factor que agrava la desigualdad desde el útero materno. Dejar de atenderla en el embarazo es condenar a miles de niños a iniciar la vida en desventaja. Por eso, el mensaje de los especialistas es claro: controles prenatales, buena alimentación y seguimiento médico constante.

Prevenir la anemia en las mujeres gestantes es proteger a la próxima generación. Y es también, en última instancia, una forma de cuidar el futuro del país.

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