El Chachani tendría su Machu Picchu

Expedición de El Pueblo descubrió verdad en 1959.
Por Carlos Meneses Cornejo
ESPECIALES DE AREQUIPA LOS AREQUIPEÑOS QUE YO CONOCÍ
En abril de 1959 se dio la noticia de que en el volcán Chachani existía una ciudad incaica de características similares a la de Machu Picchu en Cusco, inmediatamente el asunto interesó a todos y muchos pensaron que el turismo sería una nueva actividad por esta tierra.
Dos arqueólogos japoneses que pasaron por Perú tomaron fotos aéreas que remitieron a las autoridades peruanas y al arqueólogo Manuel Chávez Ballón de la Universidad del Cusco.

En la región de la orquetilla el volcán Chachani ubicaron este templo de nieve y eso provocó que el diario El Pueblo de Arequipa preparara una expedición para verificar la bondad de la información recibida. El grupo estaba compuesto por Carlos Zárate Sandoval, gran andinista y el periodista Luciano Barrios Becerra que comenzaron a buscar lo que los arqueólogos japoneses dijeron haber hallado, pero Zárate y Barrios no encontraron lo que los arqueólogos Takeda y Hariuchi.
Los expedicionarios de El Pueblo llegaron a la zona el 8 de junio de 1959 y lo que encontraron fue una formación de roca volcánica muy dura, un poco negruzca que a la distancia parecían andenes de nieve. El viento y una perdurable nieve en las cumbres habían logrado formar caprichos agradables de la naturaleza, pero el tiempo no había permitido nada alrededor.
Una ventisca permanente y un piso inclinado en 45 grados no facilitaban vida en la región. El 8 de junio de 1959, El Pueblo reveló la verdad de su hallazgo y todos los sueños de una tierra similar a la que existe en Machu Picchu se vinieron por los suelos. El desmentido fue publicado por los dos viajeros, de los arqueólogos Takeda y Hariuchi no quedó nada y de la ciudad de la que ellos hablaron tampoco.
Carlos Zárate Sandoval que había subido ya al Misti, al Chachani y Pichu Pichu más de 100 veces, llegó desilusionado. “No hay nada, todo es mentira”, dijo categóricamente que no hay mano ni cuerpo de hombre por las zonas donde dicen que estaría el templo de las nieves y no pudieron traer fotografías, pues el viento casi los devuelve hasta Arequipa.
El historiador Juan Guillermo Carpio Muñoz, en el ejemplar X del Texao, se ocupa del tema y del repudio que Carlos Zárate y Luciano Barrios hicieron de lo que encontraron en la orquetilla del Chachani.
Hay que atribuir a los arqueólogos japoneses una visión imperfecta de lo que se encontró, lo curioso es que el diario El Pueblo publicó la información afectando el prestigio de los arqueólogos y tomándola como una broma pesada en una ciudad que ya tenía medio millón de habitantes.
Cuando se frustró la idea de hacer de Arequipa un centro de turismo comparable con Cusco ocurrió un pronunciamiento de la Cámara de Comercio que presidía Ernesto Soto de la Jara. En ese documento se señala que la situación del Perú era delicada y que el sur estaba afectado por una creciente inflación, agitación sindical y crecido el número de migrantes sobre todo de la región del sur que venían a Arequipa en gran número provenientes de los departamentos de Puno y Cusco.

Hubiera sido deseable que en tal ocasión la situación de Arequipa mejorase con una promoción turística que beneficiara a todos los departamentos del sur, puesto que eran un complejo geoeconómico de interdependencia vital existente entre ellos para hacer frente a una sequía que perjudicó seriamente a la región misma, que había sido reconocida como grave por los gobiernos del Perú, de los Estados Unidos y organismos de cooperación internacional.
Había créditos bancarios restringidos y la situación era delicada para todos, la sequía tenía presencia desde dos años atrás y el poder adquisitivo de la población era malo solo había una esperanza y era la capacidad de acción de la Junta de Rehabilitación que estaba por crearse y que determinó un cambio en el futuro económico de la zona.