Se demanda orden para reducir el tráfico.

Redacción Diario El Pueblo

En la avenida Mariscal Castilla es común observar grandes vehículos descargando su mercadería a cualquier hora. Locales comerciales cuyos productos se lucen fuera de ellos. Camioncitos blancos estacionados y listos para llevárselos. Un enorme mercado informal que abre sus puertas cada fin de semana y se apodera de un carril. Todo esto genera tráfico, y tengas o no transporte propio, te molesta.

La vía presenta este problema porque congrega diferentes establecimientos comerciales. Hacia el lado de Miraflores hay ferreterías. Para el otro, en el Cercado, quienes venden muebles también ocupan los espacios de todos, entorpeciendo tanto el tránsito peatonal como vehicular.

Luego está la «cachina» que se instala los fines de semana. Las veredas y hasta un carril de la avenida se ven ocupados en horas punta.

La congestión molesta a cualquiera. Empero, muchas veces parte de quienes reclaman también contribuyen al desorden y a ese metafórico dolor de cabeza.

Es competencia del municipio de Miraflores y del gobierno provincial garantizar el orden y no permitir que malos vendedores hagan lo que quieran. Que vehículos grandes y pequeños no se apoderen de las vías. Si hay que descargar, que sea en la noche, no en horas punta. La avenida es zona rígida, pero pocos respetan eso.