Tabú que mata: por qué muchas mujeres aún evitan al ginecólogo en pleno 2025

Por Daniela Fernández C.

A pesar de los avances en salud y educación, en pleno 2025 muchas mujeres siguen evitando acudir al ginecólogo. Persisten miedos, prejuicios y mitos que impiden una atención médica oportuna, lo que en muchos casos deriva en diagnósticos tardíos, tratamientos imposibles y consecuencias fatales.

EXISTEN DIVERSOS FACTORES CULTURALES Y EMOCIONALES

Diversos factores culturales y emocionales influyen en esta decisión. Desde la infancia, muchas mujeres crecen con la idea de que hablar sobre su cuerpo es vergonzoso o inapropiado. La falta de educación sexual, el machismo, el temor al juicio y creencias erróneas refuerzan este silencio. Algunos mitos —como pensar que el examen ginecológico afecta la virginidad o que solo se debe acudir durante el embarazo— aún se mantienen vigentes, incluso con el respaldo de parejas que imponen restricciones.

La desinformación no es el único problema.

“El pudor, la vergüenza y el desconocimiento hacen que muchas mujeres pospongan sus chequeos médicos, perdiendo así la oportunidad de detectar a tiempo enfermedades como el cáncer de cuello uterino”, explica la doctora Carmen Villavicencio Herrera, ginecóloga con más de diez años de experiencia en el Ministerio de Salud (Minsa) y docente universitaria.

Villavicencio relata con preocupación que muchas pacientes mayores, de entre 50 y 60 años, llegan a emergencias con sangrados abundantes. “Muchas veces son llevadas por sus hijos. El diagnóstico suele ser devastador: cáncer de cuello uterino, que pudo haberse detectado con un simple Papanicolaou si se lo hubieran realizado desde los 18 o 20 años”, afirma.

El problema va más allá de la desinformación. Está arraigado en una cultura que aún considera la salud íntima femenina como un tema prohibido. “Muchas mujeres me dicen que sus parejas no las dejan ir al ginecólogo porque ‘nadie más puede verlas’, o creen que el examen siempre será doloroso. La realidad es que se trata de una revisión rápida, indolora y vital para prevenir enfermedades graves”, enfatiza Villavicencio.

Las infecciones vaginales por hongos, como la candidiasis, también requieren atención médica inmediata, pero muchas mujeres optan por automedicarse o esperar a que los síntomas desaparezcan. La doctora también advierte sobre el uso indiscriminado de la pastilla del día siguiente, lo cual puede generar problemas serios como embarazos ectópicos o desequilibrios hormonales.

Especialistas recomiendan realizarse chequeos por lo menos una vez al año.

Incluso las niñas pueden necesitar atención ginecológica. Flujo anormal, irritaciones o infecciones pueden aparecer desde edades tempranas, ya sea como reacción a productos inadecuados o, en los casos más graves, como señal de abuso. “Las madres deben estar atentas y no minimizar estos signos. Hay que romper el silencio”, recalca Villavicencio.

El llamado es claro: normalizar la visita al ginecólogo, realizarse chequeos por lo menos una vez al año y hablar sin miedo sobre salud íntima. El tabú solo se rompe con información, educación y acción. Prevenir es cuidar la vida.

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